domingo, 18 de noviembre de 2018

Bloque 4.BLOQUE 4. España en la órbita francesa: el reformismo de los primeros Borbones (1700-1788)

  4.1 La guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia.
Carlos II, el último de los Austrias españoles, murió sin descendencia (1700). Su último testamento en favor de Felipe de Borbón (futuro Felipe V), nieto del rey francés Luis XIV, ponía en peligro el equilibrio europeo establecido en la Paz de Westfalia porque se temía una posible alianza entre Francia y España que convertiría a Francia en la gran potencia europea.
En Europa se formaron dos bandos: la Alianza de La Haya (Austria, Inglaterra, Holanda, etc.), partidarios del mantenimiento del equilibrio europeo y de las aspiraciones al trono español del Archiduque Carlos de Austria. Y por otro lado, Francia y España. Felipe V fue aceptado como sucesor de Carlos II en Castilla en el año 1701. Sin embargo, Cataluña y Valencia apoyaron al Archiduque Carlos.
En 1713 se pone fin a la guerra con la firma del Tratado de Utrecht:
  • Reconocimiento de Felipe V como rey de España y de las Indias y renuncia a los derechos al trono de Francia.
  • Pérdida de las posesiones españolas en los Países Bajos y en Italia que pasan a Austria.
  • Inglaterra conservó Menorca y Gibraltar obtenidas durante la guerra.
En 1733 se firmó el Primer Pacto de Familia, inicio de la tradicional alianza franco-española del siglo XVIII. El apoyo francés permitió que el príncipe Carlos (futuro Carlos III) obtuviera la Corona del Reino de las Dos Sicilias en 1738.
En 1743 se firmó el Segundo Pacto de Familia, por el cual España se comprometía a luchar contra Gran Bretaña y Francia ayudaría para recuperar Menorca y Gibraltar.
Carlos III (1759-1788) firmó el Tercer Pacto de Familia (1761). España ayudó a Francia en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), perdiendo la Florida, pérdida compensada por la cesión francesa de la Luisiana. España y Francia intervinieron en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (1776-1783), apoyando a los independentis­tas americanos. España pudo recuperar la Florida y Menorca.

4.2 La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de la reforma.
El triunfo borbónico en la Guerra de Sucesión supuso una transformación del Estado: aparición de una monarquía absolutista y centralizadora. La monarquía es considerada una institución sagrada: el poder del monarca es absoluto (concentra en su persona el poder legislativo, judicial y ejecutivo) y el rey sólo es responsable de sus actos ante Dios. Los Borbones realizaron una serie de reformas:
  • Consejo de Castilla como órgano supremo de la administración del Estado.
  • Aparición de los Secretarios de Estado y de Despacho, son nombrados por el rey y se ocupan de una faceta de gobierno determinada (economía, guerra, marina, etc.).
  • Modificación del sistema sucesorio. Se aprueba la Ley Sálica (1713) que otorga prioridad a los varones sobre las mujeres en el orden sucesorio al trono.
  • Decretos de Nueva Planta (Valencia 1707, Aragón 1711, Mallorca 1715, Cataluña 1716). Suponen la desaparición de las instituciones tradicionales (Cortes, Diputación General, etc.) de los Estados de la Corona de Aragón, imponiéndose la organización administrativa de Castilla. Sólo Navarra y el País Vasco conservaron sus instituciones.
  • A nivel territorial, surgen los Intendentes provinciales, encargados de las finanzas reales, administración del ejército, policía, justicia y vigilancia de las autoridades locales. Se convirtieron en uno de los pilares del centralismo borbónico.
  • Los Borbones limitaron el poder de la Iglesia, interviniendo en los asuntos eclesiásticos (regalismo). Un ejemplo fuel la expulsión de los jesuitas (1767).
4.3 La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.
Agricultura. Era una agricultura de secano que utilizaba métodos tradicionales, aunque se introdujeron nuevos cultivos como el maíz y la patata. Se registró un aumento de la producción agrícola básicamente por el incremento de la superficie cultiva­da. La mayor demanda de productos agrícolas (aumento de la población) permitió una subida de los precios y de las rentas agrícolas que benefició a la Iglesia y a la nobleza.
La Corona realizó reformas como la liberalización del comercio de granos y la creación de pósitos (silos), que servían para distribuir granos para la siembra o el consumo a los campesinos en años de malas cosechas. También fomentó la agricultura de regadío mediante la construcción de canales como el Canal de Castilla o el Canal Imperial de Aragón. Por último, por iniciativa real se colonizaron terrenos baldíos como Sierra Morena.
Industria. La Corona intentó impulsar su desarrollo mediante la creación de las manufacturas reales (Guadalaja­ra, Talavera etc.). Pero los resultados fueron muy mediocres por la falta de organización, la escasa rentabilidad, las dificultades de comercialización de los productos, etc.
Destaca especialmente la industria textil catalana, impulsada por el aumento de la demanda interna, la apertura del mercado americano a los productos textiles catalanes (Decreto de Libre Comercio de 1778) y la introducción de moderna maquinaria de vapor. También se benefició de la supresión de las aduanas interiores (salvo el País Vasco y Navarra) porque permitió a los industriales catalanes introducir sus productos en el resto de la península.
Comercio con América. La Monarquía impulsó la creación de las Compañías Privilegiadas para controlar las importaciones y exportaciones con América: Compañía Filipina, Real Compañía de Comercio de Barcelona, etc. En 1778 se aprobó el Decreto de Libre Comercio por el que los principales puertos españoles podían comerciar libremente con las colonias (antes sólo Cádiz). El comercio exterior español se desarrollaba casi exclusivamente con América y los beneficios permitían saldar el déficit comercial con Europa.

4.4 Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III.
La Ilustración es un movimiento intelectual cuyos principios son la confianza en la razón, la creencia en el progreso, la búsqueda de la felicidad del hombre y la lucha contra la superstición y el oscurantismo. La Ilustración valora especialmente las ciencias experimentales y humanísticas y la crítica histórica. Es un movimiento que se desarrolló más en la periferia que en el centro de España y es minoritario, protagonizado por las élites intelectuales del país. Entre los ilustrados españoles destacan Feijoo, Campomanes, Jovellanos, Cabarrús, Floridablanca, Cadalso, etc. Los ilustrados potenciaron la creación de la Academias (Lengua 1714, Historia 1738) y las Sociedades Económicas de Amigos del País, sociedades de carácter privado cuyos objetivos principales eran la realización de reformas, el desarrollo económico del país, el fomento de la ciencia, etc.
En la segunda mitad del siglo XVIII, aparece el despotismo ilustrado, que combina las ideas de la Ilustración con el absolutismo monárquico. El despotismo ilustrado pretende la realización de una serie de reformas (educación, economía, etc.) para lograr una modernización de la sociedad con el objetivo de asegurar la felicidad y el bienestar de la población, evitando que esas reformas se realicen a través de una revolución. Esta idea se expresa en la famosa frase “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Carlos III es el mejor representante español del despotismo ilustrado. Apoyándose en ministros reformistas como Aranda, Floridablanca o Campomanes, realizó una serie de reformas como la mejora urbana de Madrid (alumbrado, adoquinado de las calles, limpieza, etc.), la política de colonizaciones para poblar zonas deshabitadas (Sierra Morena), etc. Las Sociedades Económicas de Amigos del País fueron apoyadas por Carlos III.

Entradas populares

¿Qué opinión te merece el contenido de este blog?