miércoles, 12 de noviembre de 2025

Tema 5. La construcción del Estado Liberal (1833-1874)

 

Tema 5. La construcción del Estado Liberal (1833-1874)

5.1. Isabel II: las Regencias. Las guerras carlistas. Los grupos políticos, el Estatuto Real de 1834 y la Constitución de 1837.


a)   Regencia de María Cristina (1833-1840)

   El 29 de septiembre de 1833 se produjo el fallecimiento de Fernando VII. A partir de ese momento, se inició la Regencia de María Cristina hasta el 12 de octubre de 1840. La Regencia es una institución de Derecho Público que permite al regente gobernar en nombre del rey o de la reina durante su minoría de edad, su ausencia del país o en el caso de una grave enfermedad.

    Las características más destacadas de este período son:

ü  El carlismo y la Primera Guerra Carlista.

   Tras la muerte de Fernando VII, Carlos María Isidro, exiliado en Portugal, publicó el Manifiesto de Abrantes (1 de octubre de 1833) en el que reivindicaba el trono de España. Se iniciaba de esta forma la Primera Guerra Carlista. Este conflicto no es sólo una guerra dinástica, sino también una guerra civil en la que se enfrentaron dos sectores sociales. Por un lado, el bando cristino o isabelino que agrupaba a los que respaldaban los intereses dinásticos de Isabel II, es decir, absolutistas reformistas y liberales.

   Por otro lado, el bando carlista que defendían los derechos dinásticos de Carlos María Isidro (Carlos V). El carlismo es un fenómeno complejo que se inicia con la crisis del Antiguo Régimen y se prolonga hasta nuestros días. Es un movimiento de carácter popular, protagonizado por el campesinado, el artesanado urbano y parte del clero, que expresa el temor de estos grupos al proceso de proletarización al que estaban siendo sometidos por las transformaciones legales y económicas llevadas a cabo por el régimen liberal (desamortización, libertad económica, etc.). Los grupos dirigentes del carlismo procedían de la nobleza y de los sectores ultraconservadores de la Administración y del Ejército (Voluntarios Reales). Desde el punto de vista geográfico, el carlismo triunfó en las zonas rurales del norte peninsular: País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Galicia, Levante, etc.

   Las principales ideas carlistas son la defensa de la monarquía absolutista, de la religión católica, de los fueros vascos y navarros amenazados por la legislación liberal y la oposición radical a las reformas liberales. Esta ideología se resume en el lema “Dios, patria, fueros, rey”.

   La Primera Guerra Carlista se desarrolló en tres etapas:

·       1833-1835. Caracterizada por los éxitos militares carlistas. Sin embargo, los carlistas no lograron la conquista de ninguna ciudad importante. El período finalizó con la muerte de su general de mayor prestigio, Zumalacárregui.

·       1835-1837. Se desarrollan varias expediciones militares carlistas al sur del Ebro. La más importante de ellas fue la denominada “Expedición Real” de 1837 dirigida por el Carlos María Isidro y que casi logró la ocupación de Madrid.

·       1837-1840. Sucesivas derrotas carlistas que conducen a la firma del Convenio de Vergara (29 de agosto de 1839) entre el general liberal Espartero y el general carlista Maroto, aunque la resistencia carlista continuó hasta 1840 (general Cabrera, Maestrazgo). El Convenio permitía la integración de los mandos militares carlistas en el Ejército nacional y se aseguraba el respeto a los fueros del País Vasco y de Navarra.

   Las causas de la derrota carlista fueron la superioridad militar del Ejército liberal, el escaso apoyo al carlismo al sur del Ebro y la ayuda prestada a los liberales por parte de Gran Bretaña y Francia.

ü  Aprobación del Estatuto Real (10 de abril de 1834) durante el gobierno moderado de Martínez de la Rosa. Se trata de una carta otorgada que sigue el modelo francés de 1814, es decir, es una concesión de la Corona y no responde al principio de soberanía nacional. Consta de cincuenta artículos, en los que se regulan la convocatoria, la composición, el funcionamiento y las competencias de las Cortes.

El Estatuto Real establecía, por primera vez, unas Cortes bicamerales formadas por:

§  Estamento de Próceres del Reino. Es una cámara que tiene un doble carácter, hereditaria y vitalicia. Los grandes de España con una renta superior a 200000 reales anuales tienen su cargo con carácter hereditario, mientras que el Rey puede nombrar a otros con carácter vitalicio, siempre y cuando su renta sea superior a los 60000 reales anuales.

§  Estamento de Procuradores del Reino. Cámara electiva mediante un sufragio censitario indirecto muy restrictivo (alrededor de 16000 electores). Para ser procurador era necesario cumplir los siguientes requisitos: ser español, mayor de 30 años y tener una renta superior a los 12000 reales anuales.

   El Estatuto concedía poderes muy amplios a la Corona como la convocatoria, la suspensión y la disolución de las Cortes; la sanción de las leyes aprobadas por ambos Estamentos; la iniciativa legislativa, y la prohibición de que las Cortes discutieran cualquier asunto que no hubiera planteado la Corona. La única competencia que reconocía a las Cortes era el derecho de petición al Rey, es decir, solicitar al Rey que un asunto fuese discutido en las Cortes. 

ü  División del liberalismo: moderados y progresistas. La división del liberalismo se había iniciado durante el Trienio Liberal. Los dos grandes sectores del liberalismo español, moderados y progresistas, defendían la monarquía constitucional, pero diferían en la estructura de la misma. Además, eran partidos de notables, es decir, formados por personas de prestigio o de influencia social.

·       Moderados (antiguos doceañistas). Socialmente, representan a los terratenientes, la alta burguesía, la nobleza, los altos cargos del Ejército y de la Administración. Su acción política se desarrolla en las Cortes, en el gobierno, etc. Controlan la prensa. Sus principales líderes fueron Narváez, Martínez de la Rosa, etc. Defienden las siguientes ideas:

o   Partidarios del liberalismo doctrinario, es decir, defienden que la soberanía es compartida (Rey y Cortes). La Corona tendría el poder moderador y podría intervenir en los conflictos que surgieran entre el gobierno y las Cortes.

o   Poder ejecutivo fuerte, es decir, aumentar las competencias del rey.

o   Cortes bicamerales. El Congreso de los Diputados sería una electiva mediante sufragio censitario, mientras que el Senado sería una cámara de designación real.

o   Centralización administrativa. Los poderes locales (alcaldes, etc.) elegidos por el poder ejecutivo.

o   Defensa del orden público. Para ellos, orden público es igual al modelo político que defienden. En este sentido, son partidarios de limitar los derechos individuales (libertad de imprenta, opinión, etc.) y rechazan los derechos colectivos (reunión o asociación).

o   Propiedad privada como derecho sagrado.

o   Confesionalidad del Estado: religión católica como religión oficial del Estado.

o   Proteccionismo económico, es decir, son partidarios de poner altos aranceles para proteger los productos nacionales.

o   Defensa de los impuestos indirectos frente a los directos.

o   Sufragio censitario muy restringido, es decir, aumentar el mínimo de renta exigible para ejercer el derecho a voto, reduciendo así la base electoral y reservando la participación política a una minoría. 

·       Progresistas (antiguos veinteañistas o exaltados). Socialmente, representan a las clases medias urbanas: comerciantes, pequeños industriales, empleados públicos, oficiales del Ejército, profesionales liberales, etc. Su acción política se desarrolla en la calle, en los clubes políticos, tertulias, etc. El carácter restrictivo de la Constitución de 1845 no les dejó otra vía para acceder al poder que el pronunciamiento militar. Sus principales líderes fueron Espartero, Mendizábal y Madoz.  Su ideología es la siguiente:

o   Defensa de la soberanía nacional.

o   Gobierno sometido al control del Parlamento.

o   Partidarios de limitar competencias a la Corona.

o   Cortes bicamerales. Las dos cámaras serían electivas.

o   Descentralización administrativa. Los poderes locales (alcaldes, etc.) elegidos por los vecinos.

o   Partidarios del desarrollo de los derechos individuales (libertad de imprenta, opinión, etc.) y rechazan los derechos colectivos (reunión o asociación).

o   Aconfesionalidad del Estado.

o   Librecambio, es decir, son partidarios de una legislación que favorezca los intercambios con terceros países.

o   Defensa de los impuestos directos frente a los indirectos.

o   Sufragio censitario más amplio, es decir, reducir el mínimo de renta exigible para ejercer el derecho a voto, aumentando así la base electoral.

o   Demócratas. Grupo que surgió en el seno del progresismo en 1849. Los demócratas eran partidarios del sufragio universal, la asistencia social del Estado para los más desfavorecidos y los derechos colectivos como el de reunión o el de asociación.

ü  Desamortización de Mendizábal (19 de febrero de 1836). Esta desamortización afectó a los bienes de la Iglesia, fundamentalmente a los del clero regular (órdenes religiosas). Los bienes se nacionalizaban y, posteriormente, se vendían en pública subasta al mejor postor. 

ü  Constitución de 1837. En agosto de 1836 se produjo la sublevación de los sargentos de La Granja, pronunciamiento de carácter progresista que provocó la derogación del Estatuto Real y el restablecimiento de la Constitución de 1812.

   La nueva Constitución se aprobó el 18 de junio de 1837. La Constitución es de carácter progresista, aunque tiene algunas concesiones a los moderados como el fortalecimiento del poder ejecutivo. La Constitución se presentó como una revisión de una Constitución de 1812, aunque hay que considerarla una nueva Constitución. La Constitución se compone de 77 artículos. Los principales principios recogidos en la misma son:

·       Principio de soberanía nacional.

·       Principio de división de poderes.

·       El poder legislativo pertenece a las Cortes, aunque la Corona tiene competencias legislativas. Las Cortes son bicamerales. El Congreso de los Diputados es elegido a través de un sufragio censitario directo de base más amplia. La Ley Electoral de 1837 permitió el aumento de la base electoral (aproximadamente el 5% de la población). El Senado es una cámara de nombramiento real. Las Cortes ejercen el control de los ministros y pueden censurar su acción política.

·       El poder ejecutivo corresponde a la Corona. El Rey tiene las siguientes atribuciones: la iniciativa legislativa, el derecho de veto durante una legislatura (tres años), la designación de los senadores, el nombramiento de los ministros, la convocatoria, la suspensión y la disolución de las Cortes. El monarca no tiene responsabilidad política, son responsables los ministros.

·       Declaración de derechos individuales más amplia que la de Cádiz: libertad individual, seguridad personal, libertad de imprenta, inviolabilidad del domicilio, igualdad jurídica, etc.

·       El Estado se compromete a mantener el clero y el culto católicos. No se prohíbe la práctica de otras religiones.

b)   Regencia de Espartero (1840-1843)

    La aprobación de la Ley de Ayuntamientos en julio de 1840 provocó una grave crisis política. La ley, impulsada por los moderados, fue apoyada por la Reina Regente y suponía que los alcaldes y los concejales fueran nombrados por la Corona. La ley suscitó una intensa reacción popular y María Cristina renunció a la Regencia (12 de octubre de 1840).

   Tras varios meses de debate, Espartero, con el apoyo de los progresistas, fue elegido por las Cortes como nuevo Regente (mayo 1841). Espartero era un general muy popular por su origen social humilde, y por su esencial contribución a la victoria liberal en la Primera Guerra Carlista

   La Regencia de Espartero fue un período de gran inestabilidad política. Gobernó de forma autoritaria, apoyándose en el Ejército. El intento de Espartero de firmar un acuerdo comercial librecambista con Gran Bretaña a finales de 1842 fue el principio del fin de esta etapa. El acuerdo perjudicaba a la industria textil catalana y, por ello, patronos y obreros se amotinaron en Barcelona. La respuesta de Espartero fue el bombardeo de la ciudad. Esta acción supuso el desprestigio de Espartero y los progresistas le retiraron su apoyo. El 12 de agosto de 1843 se produjo un pronunciamiento militar, apoyado por los moderados y los progresistas, dirigido por el general moderado Narváez. El éxito del pronunciamiento puso fin a la Regencia de Espartero, iniciándose la denominada “Década Moderada”.

 

5.2. Isabel II: el reinado efectivo. Los grupos políticos y las constituciones.

1)  Características generales.

   El 8 de noviembre de 1843 las Cortes nombran a Isabel II mayor de edad, dos días después juró como reina constitucional. Las características generales que definen la monarquía de Isabel II son:

·       El modelo político es una monarquía liberal de tendencia conservadora que se refleja en la Constitución moderada de 1845. La Constitución sólo permitía la participación en la vida política a una minoría: propietarios, nobleza, alta burguesía, etc.

·       Los gobiernos del período son de tendencia autoritaria, son gobiernos que defienden el concepto moderado de orden público, limitando los derechos y las libertades individuales.

·       Isabel II apoyó abiertamente a los moderados. A partir de 1863, ese apoyo y su incapacidad para conectar con el pueblo provocaron la caída de la Monarquía en 1868.

·       La intervención constante de los militares en la vida política como Narváez, Espartero, O´Donnell, Prim, etc. Esta intervención se explica por la debilidad del sistema parlamentario ya que los partidos son simples grupos de presión que intentan hacerse con el poder mediante un pronunciamiento, la mitificación del militar victorioso en un país en el que la guerra había sido una constante y la convicción de que la presencia de un militar al frente del gobierno garantizaba el mantenimiento del orden público y la propia fortaleza del gobierno.

·       La presencia exclusiva en la vida parlamentaria de partidos burgueses como los moderados, los progresistas, los unionistas (Unión Liberal) y los demócratas. Los republicanos fueron excluidos.

·       La marginación política de campesinos, trabajadores urbanos, obreros industriales, etc. Grupos que son, en ocasiones, violentamente reprimidos por el poder político.

2)  La Década Moderada (1844-1854)

   La figura política durante todo este período fue el general Narváez, jefe de Gobierno en varias ocasiones.

   Una de las primeras medidas adoptadas por los moderados fue la fundación de la Guardia Civil por el duque de Ahumada el 28 de marzo de 1844. Se trata de un cuerpo policial organizado militarmente que reflejaba el concepto de orden público de los moderados. Dependía del Ministerio de Gobernación y sus principales funciones eran el mantenimiento del orden, la seguridad pública y la protección de las personas y de las propiedades. Su ámbito de actuación fue el mundo rural.

   Otra de las medidas destacadas fue la aprobación de la Constitución de 1845 (23 de mayo de 1845), Constitución que refleja fielmente la ideología política de los moderados. Sus principales características son las siguientes:

·       Se rechaza el principio de soberanía nacional y se afirma el principio de soberanía compartida, es decir, la soberanía está en el Rey y en las Cortes. Este es un principio clásico del liberalismo doctrinario.

·       La declaración de derechos individuales es similar a la de la Constitución de 1837, pero la regulación de los mismos a través de leyes ordinarias supone una limitación de los mismos.

·       Se conceden amplias atribuciones a la Corona, eliminando los límites que la Constitución de 1837 había establecido, por ejemplo, en el nombramiento de los cargos de gobierno.

·       Se establece el principio de confesionalidad del Estado, es decir, la religión católica como religión oficial del Estado. Se prohíbe la práctica de cualquier otra religión y, además, el Estado se compromete a mantener el culto y el clero católicos.

·       Las Cortes son bicamerales. Los miembros del Congreso de los Diputados son elegidos a través de un sufragio censitario muy restringido, lo que significaba que sólo podían votar el 1% de la población. El Senado es una cámara de nombramiento real y los senadores tienen su cargo con carácter vitalicio.

   Gran importancia tuvo la reforma del sistema fiscal realizada por Alejandro Mon. Esta reforma se aprobó el mismo día que la Constitución (23 de mayo). Su objetivo era la creación de un sistema fiscal moderno, racional y políticamente liberal. Para lograrlo, era necesario acabar con la fiscalidad anacrónica del Antiguo Régimen y que fueran los impuestos directos la base de los ingresos del Estado. Sin embargo, no logró generar los ingresos suficientes para atender los gastos del Estado. Se establecieron los siguientes impuestos directos:

ü  Una contribución directa sobre las propiedades inmobiliarias urbanas y sobre los rendimientos de las fincas rústicas.

ü  Un subsidio sobre actividades industriales y comerciales.

ü  Un impuesto sobre los alquileres superiores a una determinada cantidad que variaba en función de la categoría de la ciudad (inquilinato).

    En cuanto a los impuestos indirectos, se mantuvo la contribución de consumos que gravaba el consumo de algunos productos como la carne, las bebidas alcohólicas, el aceite, el jabón, las harinas, etc. Este impuesto afectaba a las clases populares y era muy impopular.

   Por otro lado, los moderados firmaron el Concordato de 16 de marzo de 1851. El Concordato es un Tratado Internacional que regula las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado. El Concordato permitió normalizar las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado, relaciones muy deterioradas tras la Desamortización de Mendizábal. Previamente, los moderados habían suspendido la venta de bienes desamortizados (1841), la devolución de los bienes no vendidos (1845) y el principio de confesionalidad del Estado (Constitución de 1845). El Estado español adquiría los siguientes compromisos:

§  Reconocía el papel esencial de la Iglesia en la enseñanza.

§  Permitía a la Iglesia la censura de obras religiosas o morales.

§  Se comprometía a mantener el culto y el clero católicos.

§  Reconocía el principio de confesionalidad del Estado.

   La Iglesia, por su parte, asumía los siguientes compromisos:

§  Reconocimiento de la Monarquía de Isabel II. La Iglesia había apoyado mayoritariamente a los carlistas.

§  Aceptaba que los bienes desamortizados quedaran en manos de sus compradores.

§  Permitía el llamado derecho de presentación de obispos, es decir, el Estado podía presentar una terna de tres candidatos cuando quedara vacante una sede episcopal y Roma elegía a uno de ellos.

   También se realizó una reforma administrativa cuyo objetivo era la centralización de la Administración. La reforma establece la provincia como base de la Administración, así en cada provincia habría dos organismos encargados de las tareas de gobierno: el Gobierno Civil (representante del Gobierno central) y la Diputación Provincial (representante de los municipios).

   Por último, se aprobaron otras leyes como una Ley de Ayuntamientos (alcaldes nombrados por el poder ejecutivo), una Ley de Imprenta (limitaba la libertad de publicación y restablecía la censura) y una Ley Electoral (que restringía el derecho a voto a una minoría de la población).

    Los principales problemas del período fueron:

·       El estallido de la II Guerra Carlista (1846-1849) que sólo se desarrolló en la Cataluña rural.

·       La inestabilidad política resultado de las protestas sociales provocadas por la mala situación económica: hambre, carestía de la vida, etc. A partir de 1848, los gobiernos son autoritarios y suelen suspender las garantías constitucionales. Bravo Murillo (jefe de Gobierno entre 1851 y 1852) proyectó una reforma constitucional que suponía una prácticamente una vuelta al absolutismo. Tras su dimisión y hasta 1854, se suceden una serie de gobiernos moderados débiles y desprestigiados.

 

3)  El Bienio Progresista (1854-1856)

   Se inició con la Revolución de 30 de junio de 1854 (“Vicalvarada”), pronunciamiento militar dirigido por el general O´Donnell. En un primer momento, fracasó, pero la publicación del Manifiesto de Manzanares (7 de julio de 1854) logró que otros militares como Serrano o Dulce se sumaran al pronunciamiento. Unos días después, la reina encargó al general progresista Espartero la formación de un nuevo gobierno. El Manifiesto de Manzanares, redactado por Antonio Cánovas del Castillo, recogía los siguientes puntos:

o   La reducción de los impuestos.

o   El estricto cumplimiento de la Constitución.

o   El restablecimiento de la Milicia Nacional.

o   La aprobación de nuevas leyes de imprenta y electoral.

o   La descentralización administrativa.

   Durante el Bienio, se aprobaron importantes leyes, especialmente en el campo económico.

   En primer lugar, se aprobó la Constitución de 1856. Es una Constitución “non nata” porque nunca entró en vigor. Se aprobó el 9 de julio de 1856 y se decidió que entrara en vigor en 1856. Finalmente, el general O´Donnell no lo hizo y restableció ese año la Constitución de 1845. La Constitución de 1856 recogía los siguientes aspectos:

ü  Principio de soberanía nacional.

ü  Declaración de derechos individuales detallada y precisa, insistiendo tanto en la libertad religiosa como en la de imprenta.

ü  Senado electivo.

ü  Limitaciones al poder de la Corona y del Gobierno.

ü  Descentralización administrativa.

ü  Restablecimiento de la Milicia Nacional.

ü  Ampliación de la base electoral.

   En segundo lugar, se completó el proceso desamortizador con la aprobación de la Ley de Desamortización General (1 de mayo de 1855). La ley fue redactada por Pascual Madoz, ministro de Hacienda. Los principales bienes desamortizados fueron los de propiedad municipal, aunque se desamortizaban todos los bienes no afectados por anteriores procesos desamortizadores.

   En tercer lugar, la Ley General de Ferrocarriles (3 de mayo de 1855). Esta ley pretendía impulsar la construcción ferroviaria en España que sufría un gran retraso en comparación con el resto de países europeos. El Gobierno otorgaba ventajas fiscales, subvenciones y garantizaba la seguridad de las inversiones. La ley hizo posible la llegada de capitales extranjeros para financiar la construcción ferroviaria. De esta forma, la red de ferrocarriles pasó de 200 kilómetros en 1853 a 5000 kilómetros en 1866.

   Por último, se aprobó la Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias (28 de enero de 1856), que permitió la creación de un mercado financiero moderno: bancos comerciales, bancos industriales y sociedades de crédito.

   El fin del Bienio se relaciona con la alta conflictividad social provocada por la epidemia de cólera de 1854, la subida del precio de alimentos básicos, las malas cosechas, las tensiones entre patronos y obreros, el incumplimiento del contenido del Manifiesto de Manzanares. Estas circunstancias forzaron la dimisión de Espartero y O´Donnell formó un nuevo gobierno en 1856.

4)  Los años de la Unión Liberal y el fin del reinado de Isabel II (1856-1868)

   La Unión Liberal es un partido político que surge durante el Bienio Progresista. Dirigido por O´Donnell, podemos calificarlo como un partido de centro porque agrupaba a los moderados más progresistas y a los progresistas más moderados. Controló la vida política española hasta 1868. Contaba con el apoyo de la alta burguesía, los terratenientes y un gran número de militares como Serrano o el propio O´Donnell, su líder. En la Unión Liberal encontramos políticos procedentes de los partidos moderado y progresista como Ríos Rosas, Cánovas del Castillo, Alonso Martínez, etc. La Unión Liberal no tuvo un programa político definido, pero se benefició de una etapa de prosperidad económica entre los años 1858 y 1863, debida a la expansión ferroviaria, la extensión de la industrialización, etc.

   El político más destacado del período fue O´Donnell que presidió el “gobierno largo de la Unión Liberal” entre julio de 1858 y febrero de 1863, un hecho prácticamente insólito en el siglo XIX caracterizado por la escasa duración de los gobiernos. Otro político importante fue Posada Herrera (conocido como el “gran elector”), ministro de Gobernación y responsable de la manipulación de los procesos electorales, práctica que será una de las principales características de la Restauración.

   Las principales medidas adoptadas en esta etapa fueron:

·       El restablecimiento de la Constitución de 1845.

·       La realización del primer censo demográfico moderno (1857).

·       La aprobación de una Ley de Instrucción Pública (Ley Moyano, 1857), que fue la base del sistema educativo español hasta el siglo XX. Esta ley establecía tres niveles educativos: primaria, secundaria y universitaria.

   Una de las principales novedades de este período fue el desarrollo de una política exterior activa, basada en la acción militar con la finalidad de buscar prestigio a nivel internacional. Las principales manifestaciones de esta política fueron:

ü  Expedición hispano-francesa a Indochina (1858-1863). Se justificó por el asesinato de misioneros católicos, aunque la verdadera razón fue el interés francés de obtener una base en el sudeste asiático.

ü  Guerra contra Marruecos (1859-1860). El pretexto fue responder a las acciones “vandálicas” de los marroquíes en Melilla, aunque el objetivo era la expansión colonial en el Norte de África. España obtuvo el territorio de Sidi-Ifni, una compensación económica y la ampliación de los territorios de Ceuta y Melilla.

ü  Expedición a México (1862). Expedición en la que intervinieron España, Francia y Gran Bretaña. El objetivo era castigar al Gobierno de México por el impago de la deuda. Francia tenía interés en derrocar al gobierno de Juárez y sustituirlo por Maximiliano de Austria. Este interés oculto provocó la retirada de las tropas españolas y la ruptura de relaciones diplomáticas con Francia.

ü  Intento de recuperación de la República Dominicana (1861), que no se completó por las presiones internacionales, especialmente de los Estados Unidos de Norteamérica.

ü  Guerra contra Perú y Chile (1863-1866). El motivo fue el ultraje de la bandera española en ambos países. La marina de guerra española bombardeó los puertos de Valparaíso (Chile) y El Callao (Perú).  

   A finales de los años 60, el sistema mostraba síntomas de debilidad, manifestándose en los siguientes aspectos. En primer lugar, por el envejecimiento o el fallecimiento de los principales líderes de esta etapa (O´Donnell 1867, Narváez 1868).

   En segundo lugar, la crisis económica que se inicia en 1864 y que se manifestó en la paralización de la construcción ferroviaria, la quiebra de bancos y sociedades de crédito, la crisis de la industria textil catalana, la crisis bursátil, etc.

   En tercer lugar, la Unión Liberal evolucionó hacia posiciones conservadoras, lo que se tradujo en su división interna. Los progresistas estaban convencidos de que la propia reina y el sistema electoral les impedían acceder al poder y se distanciaron de la vida parlamentaria. Los republicanos y los demócratas cuestionaban el modelo político vigente, es decir, la Monarquía.

   Los gobiernos del período evolucionan hacia posiciones autoritarias. Dos hechos ilustran esa evolución:

o   Matanza de la noche de San Daniel (10 de abril de 1865). La introducción del krausismo, doctrina filosófica de origen alemán que defendía actitudes tolerantes y abiertas frente al dogmatismo de la enseñanza oficial, provocó tensiones en la Universidad. En octubre de 1864, el Gobierno emitió un decreto por el que prohibía las críticas a la religión católica, la Monarquía y la Constitución. La respuesta fue una serie de artículos de catedráticos atacando las injerencias gubernamentales y defendiendo la libertad de cátedra. Emilio Castelar (catedrático de la Universidad de Madrid) publicó un artículo titulado “El rasgo”, en el que criticaba la venta de bienes nacionales para beneficiar a la reina. El Gobierno exigió que fuera destituido de su cátedra, pero el rector se negó. La noche de San Daniel los estudiantes organizaron una serenata para apoyar al rector. El acto fue duramente reprimido, produciéndose nueve muertos y cientos de heridos.

o   Sublevación de los sargentos del Cuartel de San Gil (22 de junio de 1866). Pronunciamiento militar organizado por progresistas y demócratas que fracasó y fue duramente reprimido por el Gobierno (fusilamiento de los principales instigadores).

  Estos acontecimientos condujeron a la firma del Pacto de Ostende (16 de agosto de 1866). Era un acuerdo de progresistas, republicanos y demócratas para formar un gobierno constitucional, desterrar a Isabel II y convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal.

5.3. El Sexenio Revolucionario: la Constitución de 1869. Gobierno provisional, reinado de Amadeo de Saboya y Primera República.


  1. La Revolución de 1868.

   Las causas de la Revolución de 1868 son diversas y hay que buscarlas los últimos años del reinado de Isabel II.

  • Causas económicas.  La situación económica era muy difícil desde 1864, ya que se superponen la crisis de la industria textil catalana; la de la construcción ferroviaria; la de la Bolsa, que provocó la quiebra de muchas sociedades de crédito; la crisis de la Hacienda Pública, y una crisis de subsistencias por las malas cosechas (1866 y 1867). Esta situación provocó un gran descontento en todos los sectores sociales: burguesía industrial y financiera, terratenientes, grupos populares, etc.
  • Causas políticas. Los gobiernos conservadores de Narváez y O’Donnell se habían caracterizado por desarrollar una política orientada al mantenimiento del orden, reprimiendo violentamente cualquier intento de crítica del mismo. Pero la situación política era insostenible. Demócratas y progresistas habían firmado en 1866 el Pacto de Ostende (con los objetivos de acabar con la monarquía de Isabel II y establecer un sistema político más democrático), a ellos se unieron los unionistas en 1868.

   La revolución se inició el 17 de septiembre de 1868 con el pronunciamiento del almirante Topete, jefe de la Armada de Cádiz, al que se unieron los generales Prim, Serrano y otros jefes militares. Las tropas gubernamentales fueron derrotadas por Serrano en la batalla de Alcolea el 28 de septiembre. Isabel II se marchó al exilio.  

La revolución fue un pronunciamiento de tipo clásico en principio. Posteriormente, adquirió un carácter popular porque demócratas y progresistas formaron Juntas Locales y Provinciales, que entregaron armas a la población y organizaron a los Voluntarios de la Libertad. Las Juntas presentaban un programa revolucionario que recogía las principales reivindicaciones populares: abolición de las quintas y del impuesto de consumos, establecimiento del sufragio universal, etc. 

  1. El gobierno provisional, la Constitución de 1869 y la Regencia de Serrano (1868-1870).

   El 8 de octubre se constituyó un gobierno provisional, que adoptó medidas para asegurarse el control del país y convocó elecciones a Cortes Constituyentes mediante sufragio universal masculino para mayores de 25 años.

   La Constitución fue aprobada el 1 de junio de 1869. Consta de 112 artículos. Es la primera Constitución democrática de España y la más progresista del constitucionalismo del siglo XIX. Características:

  • Soberanía nacional, que se manifiesta en el establecimiento del sufragio universal.
  • Establecimiento de la Monarquía como forma de Estado. Es una monarquía democrática porque la Corona tiene limitadas sus competencias.
  • Sufragio universal masculino para los mayores de 25 años.
  • División radical de poderes:
    1. El poder legislativo reside en las Cortes, que son bicamerales, Congreso y Senado. El Senado se convierte en una cámara electiva. Se reconoce a las Cortes el derecho de censura al gobierno, es decir, las Cortes pueden controlar las decisiones del ejecutivo.
    2. El poder ejecutivo recae en los ministros (Consejo de Ministros), que responden de su labor ante las Cortes.
    3. El poder judicial reside en jueces independientes.
  • Amplia declaración de derechos y libertades: libertad, inviolabilidad del domicilio, derecho al voto, libertad de expresión, de enseñanza, de residencia, de reunión y asociación. Una de las principales novedades de la Constitución es el reconocimiento de derechos colectivos como el de asociación y el de reunión.
  • Descentralización administrativa: Ayuntamientos y Diputaciones elegidos por los vecinos.
  • Aprobación de la libertad de cultos, aunque el Estado se comprometía a mantener el culto y el clero católicos.

   Aprobada la Constitución, Serrano fue elegido regente y Prim se convirtió en jefe de gobierno. Los principales objetivos de este gobierno fueron:

o   La aprobación de leyes que desarrollaran el contenido de la Constitución: Ley de Orden Público, Ley electoral, Ley de Enjuiciamiento Criminal (estableció juicios con jurado), Ley del Matrimonio Civil... Esta última provocó una fuerte oposición de la Iglesia.

o   En el plano económico el ministro Laureano Figuerola realizó una profunda reforma de la Hacienda, de los aranceles y del sistema monetario. En 1869 se aprobó el arancel Figuerola que consistía en la reducción progresiva de las tarifas aduaneras en un plazo de seis años, hasta que fueran el 15% del valor de 1868. Supuso la adopción del librecambio y contó con la oposición abierta de la burguesía industrial, especialmente de la catalana. En 1868 se había realizado una reforma del sistema monetario: la peseta se convierte en la nueva unidad monetaria, el Banco de España tiene la facultad exclusiva de emitir moneda, etc.

o   La búsqueda de un nuevo rey. Se intentaba buscar una persona de prestigio, de sangre real, que no fuera un Borbón, y que contara con el respaldo internacional y de las Cortes. Los candidatos fueron el portugués Fernando de Coburgo; el duque de Montpensier; el alemán Leopoldo de Hohenzollern; y el italiano Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia Víctor Manuel. Este último fue apoyado con Prim, y el 16 de noviembre de 1870 su candidatura fue votada en las Cortes y respaldada por 191 votos favorables frente a 91 en contra.

   Los principales problemas del período fueron:

  • Revueltas urbanas y campesinas. Se produjeron por causas diversas como las malas cosechas, la pérdida de confianza en los políticos que habían realizado la revolución, el sistema de reclutamiento militar, etc. El sistema de reclutamiento se basaba en las quintas, que consistía en un sorteo para elegir a un mozo de cada cinco mozos aptos para el servicio militar, existiendo la posibilidad de redimirse si se paga una determinada cantidad de dinero. Por ello, el sistema perjudicaba a las clases populares. En algunos casos, estas revueltas fueron dirigidas por los republicanos más radicales (federalistas) y algunos sectores del movimiento obrero.
  • El estallido de la insurrección de Cuba. En la isla había surgido un movimiento nacionalista fomentado por la burguesía criolla, y respaldado por los Estados Unidos. En octubre de 1868 una Junta revolucionaria, presidida por el coronel Céspedes, inició la sublevación contra el gobierno colonial (“Grito de Yara”). La guerra (llamada guerra larga” o de los diez años) no pudo ser detenida pese a las promesas incluidas en la Constitución de 1869 y la política moderada desarrollada por el general Dulce, enviado por el gobierno español. La guerra finalizó en 1878 y tuvo importantes repercusiones económicas y sociales en España.
  1. La Monarquía de Amadeo de Saboya. (1871-1873).

   Es el primer intento de establecer una monarquía democrática en España, que fue un completo fracaso. Las causas son diversas:

  • Carácter del rey. Era una persona tímida, con dificultades para expresarse en español, por lo tanto, no conectó con el pueblo.
  • La ausencia de Prim, su principal apoyo. Prim fue asesinado el 27 de diciembre de 1870, tres días antes de la llegada de Amadeo a España. Su asesinato condicionó la evolución política posterior.
  • La indiferencia o la oposición de la mayor parte del país:

a)     La aristocracia y los terratenientes que identificaban la monarquía democrática con la destrucción del orden social y de la propiedad privada.

b)     La burguesía industrial, contraria a la política librecambista.

   Estos grupos eran alfonsinos, es decir, partidarios de que Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II, se convirtiera en rey de España. Así, se empezó a constituir un partido alfonsino, organizado por Cánovas del Castillo.

c)     La Iglesia. Su oposición se debía a la política desarrollada por su padre (anexión a Italia de los Estados de la Iglesia en 1870). Además, gran parte del bajo clero apoyaba al carlismo.

d)     Los carlistas. La elección de Amadeo puso fin a las esperanzas carlistas de que el pretendiente carlista (Carlos VII) se convirtiera en rey de España. En 1872 iniciaron una nueva guerra, la Tercera Guerra Carlista.

e)     Los republicanos que, aunque divididos internamente (unitarios, federalistas), protagonizaron diversas intentonas para acabar con la Monarquía de Amadeo I.

      La Monarquía de Amadeo de Saboya tuvo que hacer frente a diversos problemas:

  • Inestabilidad política. Durante este período, se suceden seis gobiernos y se realizaron tres procesos electorales.
  • Agravamiento de la guerra de Cuba a partir de 1872.
  • La Tercera Guerra Carlista.
  • El auge del movimiento obrero que se produjo tras los sucesos de la Comuna de París (1871). Estos hechos provocaron temor entre las clases medias y altas, y se intentó la prohibición de la A.I.T. y de las organizaciones obreras.

   El 11 de febrero de 1873 Amadeo de Saboya presentó su abdicación a las Cortes, que fue aceptada. La razón fue la presión ejercida por Ruiz Zorrilla, jefe de gobierno, para que firmase un decreto de disolución del Cuerpo de Artillería. El rey se vio obligado a firmarlo, pero inmediatamente presentó su abdicación.

  1. La Primera República. (1873-1874).

   El mismo de día de la abdicación de Amadeo de Saboya se proclamó la Primera República española (11 de febrero de 1873). Su instauración fue fruto del compromiso entre monárquicos radicales y republicanos para cubrir el vacío de poder que se había producido tras la renuncia de Amadeo de Saboya. Fue un régimen que contó con escaso apoyo social porque el proletariado se sentía más atraído por el mensaje anarquista. Además, tuvo importantes enemigos como la burguesía industrial y financiera, el Ejército y la Iglesia.

  • La República federal (1873).

    Los dirigentes políticos más relevantes que desempeñaron la presidencia del gobierno sucesivamente fueron: Figueras, Pi y Margall (intelectual y teórico del federalismo), Salmerón (catedrático de Filosofía, dimitió por motivos morales al negarse a firmar las penas de muerte para dos cantonalistas propuestas por las autoridades militares) y Castelar (catedrático de Historia de España, que representaba la corriente más conservadora del republicanismo). Las medidas adoptadas por los gobiernos republicanos durante 1873 fueron de sociales, populares y democratizadoras:

  • Supresión del impuesto de consumos, medida desastrosa para la Hacienda estatal, porque ese impuesto era una de las principales fuentes de ingresos.
  • Eliminación de las quintas y creación de un nuevo ejército formado exclusivamente por voluntarios a sueldo. Esta medida fue de corta duración, porque supuso un debilitamiento del Ejército en un contexto bélico.
  • Se reduce la edad para ejercer el derecho a voto a los 21 años.
  • Separación de Iglesia y Estado, la República dejó de subvencionar económicamente a la Iglesia católica.
  • Regulación del trabajo infantil, prohibiendo trabajar a los menores de diez años en minas y fábricas.
  • Abolición de la esclavitud en la colonia española de Puerto Rico.
  • Elaboración de un proyecto constitucional en 1873 para convertir España en una República federal, proyecto que nunca llegó a entrar en vigor. El texto constitucional establecía una República federal compuesta de 17 Estados y varios territorios de ultramar, cada uno de los cuales podía tener su propia Constitución. El poder legislativo era ejercido por dos Cámaras de elección popular, el Congreso (con plenos poderes legislativos) y el Senado (formada por cuatro representantes de cada Estado).

   La Constitución, influida por la estadounidense, daba amplios poderes al presidente, que ejercía el llamado poder de relación entre los otros poderes y entre los Estados federados. La Constitución incluía una declaración de derechos similar a la de 1869.

Los principales problemas del período fueron los siguientes:

  • La Tercera Guerra Carlista. El conflicto se había iniciado unos meses antes de proclamarse la I República. El pretendiente carlista era Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro. El carlismo encontró importantes apoyos en las zonas rurales vasconavarras, en Aragón, Cataluña, Castilla y en la región levantina. Obtuvieron algunos éxitos militares, y Carlos VII constituyó un gobierno formal con capital en Estella (Navarra). Fueron derrotados en 1876, poniendo fin al último intento de tomar el poder a través de las armas.
  • Las sublevaciones cantonales. El cantonalismo era un movimiento político que pretendía dividir las diversas zonas de España en Estados soberanos (cantones). Sus influencias políticas procedían del republicanismo más radical y del movimiento obrero. La sublevación cantonal estalló en julio de 1873 cuando Cartagena se constituyó en cantón y declaró la guerra al gobierno central. Posteriormente, el movimiento cantonalista se extendió por numerosos pueblos y ciudades de Valencia, Andalucía, Castilla y Murcia. El movimiento cantonalista acabó por la intervención militar.
  • Las conspiraciones militares alfonsinas. Isabel II había cedido los derechos al trono de España a su hijo Alfonso. Ambos vivían exiliados en el extranjero. El Ejército deseaba la restauración borbónica mediante un pronunciamiento militar, intentándolo sin éxito en dos ocasiones tras la proclamación de la República.
  • Continuación de la guerra de Cuba.
  • La República autoritaria (1874).

     La primera fase de la República finalizó el 3 de enero de 1874 cuando el general Pavía entra en el Congreso y lo disuelve. Tras este pronunciamiento, el general Serrano presidió el gobierno con plenos poderes, suspendió la Constitución de 1869 y disolvió las Cortes. Esto significaba de hecho el fin de la I República, aunque nominalmente se mantuviera durante ese año. Durante este período se puso en práctica una política autoritaria, que tenía tres objetivos: acabar con los últimos focos de resistencia cantonalista; hacer frente a los carlistas en el norte; y lograr el control del país. Además, los alfonsinos, dirigidos por Cánovas del Castillo, ganan adeptos entre la burguesía y las clases medias.

   El 1 de diciembre de 1874 Alfonso XII firmaba el Manifiesto de Sandhurst, en el que el futuro rey garantizaba una monarquía dialogante, constitucional y democrática, y el compromiso de respetar parte de los progresos políticos del Sexenio. Con este manifiesto, Cánovas preparaba la vuelta de la Monarquía de manera pacífica y sin intervención militar. Sin embargo, el 29 de diciembre el general Martínez Campos, a través de un pronunciamiento en Sagunto, proclamó a Alfonso XII rey de España.

 

 

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