domingo, 18 de noviembre de 2018

Bloque 4.BLOQUE 4. España en la órbita francesa: el reformismo de los primeros Borbones (1700-1788)

  4.1 La guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia.
Carlos II, el último de los Austrias españoles, murió sin descendencia (1700). Su último testamento en favor de Felipe de Borbón (futuro Felipe V), nieto del rey francés Luis XIV, ponía en peligro el equilibrio europeo establecido en la Paz de Westfalia porque se temía una posible alianza entre Francia y España que convertiría a Francia en la gran potencia europea.
En Europa se formaron dos bandos: la Alianza de La Haya (Austria, Inglaterra, Holanda, etc.), partidarios del mantenimiento del equilibrio europeo y de las aspiraciones al trono español del Archiduque Carlos de Austria. Y por otro lado, Francia y España. Felipe V fue aceptado como sucesor de Carlos II en Castilla en el año 1701. Sin embargo, Cataluña y Valencia apoyaron al Archiduque Carlos.
En 1713 se pone fin a la guerra con la firma del Tratado de Utrecht:
  • Reconocimiento de Felipe V como rey de España y de las Indias y renuncia a los derechos al trono de Francia.
  • Pérdida de las posesiones españolas en los Países Bajos y en Italia que pasan a Austria.
  • Inglaterra conservó Menorca y Gibraltar obtenidas durante la guerra.
En 1733 se firmó el Primer Pacto de Familia, inicio de la tradicional alianza franco-española del siglo XVIII. El apoyo francés permitió que el príncipe Carlos (futuro Carlos III) obtuviera la Corona del Reino de las Dos Sicilias en 1738.
En 1743 se firmó el Segundo Pacto de Familia, por el cual España se comprometía a luchar contra Gran Bretaña y Francia ayudaría para recuperar Menorca y Gibraltar.
Carlos III (1759-1788) firmó el Tercer Pacto de Familia (1761). España ayudó a Francia en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), perdiendo la Florida, pérdida compensada por la cesión francesa de la Luisiana. España y Francia intervinieron en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (1776-1783), apoyando a los independentis­tas americanos. España pudo recuperar la Florida y Menorca.

4.2 La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de la reforma.
El triunfo borbónico en la Guerra de Sucesión supuso una transformación del Estado: aparición de una monarquía absolutista y centralizadora. La monarquía es considerada una institución sagrada: el poder del monarca es absoluto (concentra en su persona el poder legislativo, judicial y ejecutivo) y el rey sólo es responsable de sus actos ante Dios. Los Borbones realizaron una serie de reformas:
  • Consejo de Castilla como órgano supremo de la administración del Estado.
  • Aparición de los Secretarios de Estado y de Despacho, son nombrados por el rey y se ocupan de una faceta de gobierno determinada (economía, guerra, marina, etc.).
  • Modificación del sistema sucesorio. Se aprueba la Ley Sálica (1713) que otorga prioridad a los varones sobre las mujeres en el orden sucesorio al trono.
  • Decretos de Nueva Planta (Valencia 1707, Aragón 1711, Mallorca 1715, Cataluña 1716). Suponen la desaparición de las instituciones tradicionales (Cortes, Diputación General, etc.) de los Estados de la Corona de Aragón, imponiéndose la organización administrativa de Castilla. Sólo Navarra y el País Vasco conservaron sus instituciones.
  • A nivel territorial, surgen los Intendentes provinciales, encargados de las finanzas reales, administración del ejército, policía, justicia y vigilancia de las autoridades locales. Se convirtieron en uno de los pilares del centralismo borbónico.
  • Los Borbones limitaron el poder de la Iglesia, interviniendo en los asuntos eclesiásticos (regalismo). Un ejemplo fuel la expulsión de los jesuitas (1767).
4.3 La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.
Agricultura. Era una agricultura de secano que utilizaba métodos tradicionales, aunque se introdujeron nuevos cultivos como el maíz y la patata. Se registró un aumento de la producción agrícola básicamente por el incremento de la superficie cultiva­da. La mayor demanda de productos agrícolas (aumento de la población) permitió una subida de los precios y de las rentas agrícolas que benefició a la Iglesia y a la nobleza.
La Corona realizó reformas como la liberalización del comercio de granos y la creación de pósitos (silos), que servían para distribuir granos para la siembra o el consumo a los campesinos en años de malas cosechas. También fomentó la agricultura de regadío mediante la construcción de canales como el Canal de Castilla o el Canal Imperial de Aragón. Por último, por iniciativa real se colonizaron terrenos baldíos como Sierra Morena.
Industria. La Corona intentó impulsar su desarrollo mediante la creación de las manufacturas reales (Guadalaja­ra, Talavera etc.). Pero los resultados fueron muy mediocres por la falta de organización, la escasa rentabilidad, las dificultades de comercialización de los productos, etc.
Destaca especialmente la industria textil catalana, impulsada por el aumento de la demanda interna, la apertura del mercado americano a los productos textiles catalanes (Decreto de Libre Comercio de 1778) y la introducción de moderna maquinaria de vapor. También se benefició de la supresión de las aduanas interiores (salvo el País Vasco y Navarra) porque permitió a los industriales catalanes introducir sus productos en el resto de la península.
Comercio con América. La Monarquía impulsó la creación de las Compañías Privilegiadas para controlar las importaciones y exportaciones con América: Compañía Filipina, Real Compañía de Comercio de Barcelona, etc. En 1778 se aprobó el Decreto de Libre Comercio por el que los principales puertos españoles podían comerciar libremente con las colonias (antes sólo Cádiz). El comercio exterior español se desarrollaba casi exclusivamente con América y los beneficios permitían saldar el déficit comercial con Europa.

4.4 Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III.
La Ilustración es un movimiento intelectual cuyos principios son la confianza en la razón, la creencia en el progreso, la búsqueda de la felicidad del hombre y la lucha contra la superstición y el oscurantismo. La Ilustración valora especialmente las ciencias experimentales y humanísticas y la crítica histórica. Es un movimiento que se desarrolló más en la periferia que en el centro de España y es minoritario, protagonizado por las élites intelectuales del país. Entre los ilustrados españoles destacan Feijoo, Campomanes, Jovellanos, Cabarrús, Floridablanca, Cadalso, etc. Los ilustrados potenciaron la creación de la Academias (Lengua 1714, Historia 1738) y las Sociedades Económicas de Amigos del País, sociedades de carácter privado cuyos objetivos principales eran la realización de reformas, el desarrollo económico del país, el fomento de la ciencia, etc.
En la segunda mitad del siglo XVIII, aparece el despotismo ilustrado, que combina las ideas de la Ilustración con el absolutismo monárquico. El despotismo ilustrado pretende la realización de una serie de reformas (educación, economía, etc.) para lograr una modernización de la sociedad con el objetivo de asegurar la felicidad y el bienestar de la población, evitando que esas reformas se realicen a través de una revolución. Esta idea se expresa en la famosa frase “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Carlos III es el mejor representante español del despotismo ilustrado. Apoyándose en ministros reformistas como Aranda, Floridablanca o Campomanes, realizó una serie de reformas como la mejora urbana de Madrid (alumbrado, adoquinado de las calles, limpieza, etc.), la política de colonizaciones para poblar zonas deshabitadas (Sierra Morena), etc. Las Sociedades Económicas de Amigos del País fueron apoyadas por Carlos III.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Bloque 2. La Edad Media. Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-1474)


Bloque 2. La Edad Media. Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-1474)

2.1) Al Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y Califato de Córdoba.
   La llegada de los musulmanes a la península se relaciona con las luchas internas provocadas tras la elección de don Rodrigo como rey. En el año 711, Tarik (lugarteniente de Muza, gobernador de Tunicia) cruzó el Estrecho de Gibraltar al mando de un ejército formado por bereberes (población islamizada del norte de África). Este ejército derrotó a los visigodos en la Batalla del río Guadalete. En la mayoría de los casos, la ocupación no fue militar sino que se realizó a través de las capitulaciones: pactos entre los musulmanes y la población local. Los musulmanes se comprometían a respetar la propiedad, la libertad y la religión de la población local, a cambio del pago de tributos o impuestos.    En el año 718, los musulmanes controlaban  Al Ándalus, nombre con el que sería conocido el territorio peninsular dominado por ellos.
   Desde la península, los musulmanes intentaron la penetración en el sur de Francia, pero su avance fue frenado tras su derrota frente a los francos en la Batalla de Poitiers (732).
   Al-Ándalus se constituyó como un emirato (provincia dependiente) del Califato de Damasco.
·         El Emirato Independiente de Córdoba (756-929).
   En el año 750, los Abbasíes provocaron la matanza de la familia Omeya que, hasta ese momento, habían controlado el Califato. Un miembro de esta familia, Abderramán I, logró huir y llegó a Al Ándalus, y estableció el Emirato Independiente de Córdoba en el 756. El Emirato se declara independiente del Califato desde el punto de vista político, no en el plano religioso ya que sigue dependiendo del Califa de Bagdad.
   El Emirato se caracterizó por las frecuentes rebeliones de distintos grupos: muladíes (cristianos convertidos al Islam) y por los mozárabes (cristianos que vivían en territorio musulmán).
·         El Califato de Córdoba (929-1031).
   En el año 929, Abderramán III se autoproclamó califa (príncipe de los creyentes), lo que significaba la independencia religiosa del Califato de Bagdad. Abderramán III estableció una nueva estructura político-administrativa basada en la concentración de todos los poderes en la figura del califa. Era ayudado en las tareas de gobierno por el hachib (primer ministro) y los visires (ministros).  
   Una figura política destacada durante esta etapa fue Almanzor (hachib de Hixem II,  976). Almanzor estableció una dictadura militar y se apoyó en los bereberes para mantenerse en el poder. Realizó grandes campañas militares contra los núcleos cristianos: León, Zamora, etc., aunque la más importante fue la destrucción de Santiago de Compostela (997). En el año 1002, se produjo la muerte de Almanzor, iniciándose un período de gran inestabilidad política que condujo a la desaparición del Califato en el año 1031.  

2.2) Al Ándalus: reinos de taifas. Reino nazarí.
   La desaparición del Califato (1031) tuvo dos consecuencias importantes. En primer lugar, se produjo un giro histórico ya que los reinos cristianos consiguen la hegemonía militar y política. En segundo lugar, el territorio bajo control musulmán se va reduciendo progresivamente.
   La España musulmana se dividió en reinos independientes que reciben el nombre de reinos taifas. Su creación fue apoyada por los reinos cristianos porque cobraban parias, es decir, tributos a cambio del mantenimiento de la paz. Los reinos taifas se dividen en tres grupos según el origen racial de sus fundadores:
  • Taifas árabes. Toledo, Sevilla, Zaragoza, Badajoz…
  • Taifas bereberes. Granada, Málaga…
  • Taifas eslavos. Valencia, Almería, Murcia…
   En el año 1085, Alfonso VI, rey de Castilla y León, conquistó la ciudad de Toledo. Este hecho provocó que el rey de Sevilla, Al-Motamid, solicitara la ayuda de los almorávides para frenar el avance cristiano. Los almorávides eran nómadas del Sáhara que habían formado un imperio en el norte de África en el siglo XI, y se caracterizaban por su integrismo religioso. Los almorávides derrotaron a los castellanos en la Batalla de Sagrajas (1086) y reunificaron los reinos taifas, convirtiendo a AlÁndalus en una provincia más de su imperio. El dominio almorávide fue breve por dos razones. En primer lugar, por su intolerancia religiosa que provocó el descontento de la población hispano-andalusí, y en segundo lugar, por la recuperación militar cristiana. El resultado fue la aparición de nuevos reinos taifas que fueron reagrupados de nuevo por los almohades (1172). Los almohades realizaron diversas campañas militares contra los reinos cristianos, pero fueron derrotados por una coalición cristiana en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). Tras la derrota almohade, el territorio musulmán se dividió en nuevos reinos taifas.
   El último reducto musulmán fue el reino nazarí o nazarita de Granada (1232-1492). Este reino ocupó las actuales provincias de Granada, Jaén, Cádiz, Almería y Málaga. El creador, Muhammad Ibn Nasr, pactó con el reino de Castilla (Fernando III) el mantenimiento de la independencia a cambio de tributos. Este reino fue conquistado por los Reyes Católicos en el año 1492

2.3) Al Ándalus: economía, sociedad y cultura.
   La población de al-Ándalus era muy heterogénea porque estaba formada por diversos grupos étnicos. La religión era el elemento principal de diferenciación social. Existían dos grandes grupos:
·       Población musulmana. Se divide, por un lado, en alógena como los árabes (grupo minoritario y dominante. Tenían el poder económico y el control político), los bereberes (grupo musulmán más numeroso, procedentes del norte de África, enfrentados con los árabes), los negros (población procedente de Sudán, esclavos, dedicados a tareas militares), y los eslavos (esclavos de origen europeo).  Por otro lado, en autóctona: muladíes (hispanos convertidos al Islam que obtenían ventajas sociales y económicas. Protagonizaron frecuentes revueltas. 
·       Población no musulmana como los mozárabes (cristianos que vivían en territorio musulmán) y los judíos. Los musulmanes eran tolerantes con estos grupos porque practicaban religiones cercanas a la suya (“gentes del Libro”). Eran dimníes (protegidos). A cambio de conservar su religión y propiedades, pagaban dos clases de impuestos directos: el jarach y la chizia.
   La economía era urbana y comercial. En el sector agrario, los musulmanes introdujeron nuevos cultivos como la caña de azúcar, el algodón, el azafrán, los agrios, el arroz, etc. Perfeccionaron los sistemas de regadío mediante el desarrollo de procedimientos de extracción de agua como las norias y la construcción de amplias redes de acequias. Desarrollaron una agricultura de regadío en los valles de los ríos Guadiana, Guadalquivir, Segura, Turia, Júcar, Jalón, etc. 
    El comercio y la artesanía, actividades económicas típicas de las ciudades, tuvieron una gran importancia. La producción artesanal se centró en la cerámica, los metales, el papel, el vidrio, los textiles, la seda, etc.
   El desarrollo comercial se basó en la existencia de dos monedas, el dinar (oro) y el dirham (plata). Los intercambios comerciales internos se realizaban en el zoco y existía una reglamentación minuciosa de precios, pesos, calidad del producto, etc.
  El comercio exterior se beneficiaba de la situación geográfica de la península Ibérica. Al-Ándalus comerciaban con Europa (metales, esclavos, armas, pieles), Oriente (especias, objetos de lujo), y África (oro y esclavos).
   El Califato fue una etapa de gran esplendor cultural. Córdoba fue un centro cultural de gran influencia en toda Europa. Sin embargo, el "siglo de oro" de la cultura islámica fue el siglo XI. La España musulmana se convirtió en el puente para difundir la cultura clásica (grecorromana) a toda Europa, gracias a los contactos del Islam con Bizancio. Las figuras científicas e intelectuales más destacadas fueron
·         Averroes (médico y filósofo), transmisor de la obra de Aristóteles.
  • Maimónides, médico de gran prestigio.
  • Al-Zahraui (cirujano), su obra fue utilizada como manual en las universidades europeas de la Edad Media.
   Los musulmanes difundieron el sistema de numeración arábiga. Hay unas 4000 palabras de origen árabe en la lengua española. También introdujeron instrumentos musicales como el rabel, el pandero, etc., y juegos como el ajedrez.

2.4) Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos de repoblación.

   El primer núcleo de resistencia frente a los musulmanes se localizó en la Cordillera Cantábrica (este de Asturias, Cantabria y norte de Burgos). Era una zona de escaso interés en la que los musulmanes se limitaron a ejercer un cierto control: cobro de tributos y evitar la penetración  hacia el sur de los montañeses. Aunque se ha señalado que el reino se crea tras la victoria de Don Pelayo en la batalla de Covadonga, el verdadero fundador fue Alfonso I (739-757) que realizó una serie de campañas militares en el valle del Duero e iniciando la repoblación. Alfonso II (791-842) consolidó la independencia del reino asturiano dejando de pagar tributos al Emirato y estableciendo una frontera sólida frente a la España musulmana. Alfonso III en el año 910 fundó el reino de León. Fue el reino cristiano más poderoso durante la primera mitad del siglo X (Ramiro II derrotó a los musulmanes en la batalla de Simancas en el año 939). En el reino de León se incluían los condados castellanos que fueron unificados por el conde Fernán González en el 970.
   En la zona oriental, los orígenes son menos conocidos y más tardíos (finales siglo VIII y principios del siglo IX). Zona dominada por el Imperio Carolingio, que estableció la Marca Hispánica. Territorio dividido en condados que reconocían la autoridad del emperador. Las principales entidades políticas que surgieron en esta zona fueron:
·         Aragón, gobernado, en un primer momento,  por condes dependientes del Imperio Carolingio; García Galíndez (primer tercio del siglo IX) logró la independencia frente a los carolingios y a los musulmanes. En el 922 fue incorporado a Navarra hasta el año 1035.      
·         Navarra logra la independencia del Imperio Carolingio en el siglo IX; en el siglo X, la alianza con el reino astur-leonés permitió su consolidación y, más tarde, como resultado de la anexión del condado de Aragón y de La Rioja. Navarra se convirtió en el reino cristiano más poderoso de la península.
·         Condados Catalanes. Durante el siglo IX, dependen del Imperio Carolingio. El condado de Barcelona es el más importante. En el siglo X, Borrell  (947-992) se desvincula del Imperio Carolingio e inicia la expansión hacia el valle del Ebro.

  
   La Reconquista se desarrolló entre los siglos VIII (aparición de los primeros núcleos cristianos en la Cordillera Cantábrica) y XV (ocupación del reino nazarí de Granada por los Reyes Católicos). Las principales etapas de la Reconquista fueron:
  • Hasta el siglo X. Se establece la frontera del reino de Asturias en el río Duero a comienzos del siglo X.
  • Siglos XI y XII. El reino de León y el reino de Castilla rebasan el Sistema Central y ocupan el valle del Tajo en el siglo XI (1085 se ocupa Toledo,  Alfonso VI). Los reyes de Aragón conquistaron Huesca (1096) y Zaragoza (Alfonso I en 1118). En el año 1137 surgió la Corona de Aragón (Reino de Aragón y Cataluña). En el año 1179 la Corona de Aragón y el reino de Castilla firmaron el Tratado de Cazola en el que se repartían las zonas que serían conquistadas en el siglo XIII. Valencia sería para la Corona de Aragón y Murcia para Castilla.
  • Principios del siglo XIII. La batalla de las Navas de Tolosa (1212) hizo que Castilla dominara el valle del Guadiana. Supuso el declive definitivo de la España musulmana. En el año 1230 surgió la Corona de Castilla con la unión definitiva del reino de Castilla y el reino de León.
  • A mediados del siglo XIII, Fernando III de Castilla conquistó el valle del Guadalquivir y la región de Murcia, y Jaime I de Aragón incorporó Valencia y las Baleares a la Corona de Aragón. Sólo subsiste el reino nazarí de Granada.
  • En el siglo XV se completó el proceso con la conquista  del reino nazarí de Granada por los Reyes Católicos.
   La repoblación es volver a poblar las tierras conquistadas en la expansión hacia el sur de los reinos cristianos. Se basó en una razón estratégica (creación de una frontera estable frente a la España musulmana) y en una razón económica (poner en cultivo las tierras conquistadas). La repoblación atravesó cuatro etapas:
o    Repoblación por presura (siglos IX-X). Partía de la tradición jurídica que atribuía al rey la posesión de las tierras incultas. A través de una concesión tácita que se denominaba derecho de presura o derecho de aprisio, las tierras pasaban a ser propiedad de los agricultores que se establecían en ellas. Este sistema se realizó por iniciativa de los grupos de campesinos (repoblación individual), de los nobles (repoblación nobiliaria) o de los monasterios (repoblación monacal). El resultado fue el predominio de la pequeña y de la mediana propiedad. Cuenca del Duero, Galicia, alto Ebro, Cataluña.
o    Repoblación concejil (siglos XI-XII). Se denomina así por la importancia que tuvieron los concejos de las ciudades o villas, a las que se les otorgaba un fuero, es decir, el conjunto de normas jurídicas que regulaban todos los aspectos de la vida ciudadana. Los repobladores solicitaban la vecindad y les daban un solar para la casa y tierras para el cultivo que, al cabo de unos años, pasaban a ser de su propiedad. Además, disfrutaban de las tierras y de los bienes comunales. Se aplicó a las tierras situadas entre el Duero y el valle del Tajo. También en el valle del Ebro. Predominio de la mediana propiedad libre y de las tierras comunales.
o    Repoblación de las Órdenes Militares (primera mitad del siglo XIII). Se realizó en zonas extensas y poco pobladas como la Mancha, Extremadura, Teruel y norte de Castellón. Estas zonas habían sido conquistadas por las Órdenes Militares (Calatrava, Alcántara, Santiago y Montesa). Predominio de los latifundios dedicados a la ganadería.
o    Repoblación por repartimientos (segunda mitad del siglo XIII). Valle del Guadalquivir y Levante (de Castellón a Murcia). Tras la ocupación de una zona, una junta de partidores distribuían las tierras entre los repobladores. El valor y el tamaño de las tierras estaban en función del rango social de quienes las recibían. Predominio de grandes latifundios de la nobleza, Órdenes Militares e Iglesia.

2.5)  Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental.

   La monarquía castellana era autoritaria, el rey ejercía su autoridad en todo el territorio. Una serie de instituciones le ayudaban en la tarea de gobierno como la Curia Regia (órgano asesor compuesto por nobles, eclesiásticos, funcionarios reales, etc.), la Cancillería Regia (redacción de los documentos oficiales) y la Hacienda Real (recaudación de impuestos). En el año 1188 surgieron las Cortes.
   La monarquía aragonesa era pactista. El rey tenía el compromiso de respetar las leyes tradicionales de cada Estado de la Corona de Aragón y, a cambio, recibía el juramento de fidelidad de sus súbditos.
  La sociedad era estamental. Los estamentos eran la nobleza, el clero y el estado llano. Este modelo social presentaba las siguientes características:
§  La división social era rígida porque todo individuo estaba encuadrado en alguno de los tres estamentos (estados u órdenes).
§  Cada estamento se regía por normas diferentes. La nobleza y el clero gozaban de privilegios reconocidos legalmente, mientras que el estado llano carecía de ellos.
§  La movilidad social era prácticamente inexistente. El único estamento abierto era el clero porque se nutría de personas que procedían de los otros estamentos.

a.   Nobleza.
   Sector social que gozaba de privilegios legales de diversa clase: jurídicos (derecho penal propio, tribunales exclusivos, etc.), fiscales (exención de impuestos) y políticos (posibilidad de acceder a cargos públicos). La nobleza se dividía en alta nobleza (nobleza titulada: duques, condes, marqueses, barones o ricoshombres) y baja nobleza (nobleza no titulada: hidalgos, infanzones, caballeros).La alta nobleza presentaba los siguientes rasgos:
  1. Ejercían altos cargos de gobierno.
  2. Su poder económico se basaba en la posesión de grandes propiedades o señoríos. En sus señoríos disfrutaban de una serie de derechos como derechos territoriales (cobro de rentas a los campesinos que trabajaban las tierras señoriales o utilizaban las tierras comunales como bosques o pastos), derechos de carácter personal (herencia o pernada), derechos sobre monopolios (uso del molino, portazgo, pontazgo, etc.), y derechos jurisdiccionales (nombramiento de las autoridades municipales de un señorío o administración de justicia).
   Una institución relacionada con la alta nobleza fue el mayorazgo. El mayorazgo era una institución jurídica de derecho común que vinculaba al primogénito de una familia nobiliaria con una parte del patrimonio familiar. Esa vinculación era a perpetuidad y ese patrimonio no podía ser vendido. El mayorazgo surgió en el siglo XIII y consolidó el poder económico de la alta nobleza.
   La baja nobleza se caracterizaba por tener  una menor influencia social y política, por disfrutar de rentas procedentes de propiedades rústicas o ganaderas, y por participar en los cargos municipales de gobierno.

b.   Clero
   Existía una fuerte jerarquía interna, con grandes diferencias de rentas y posición social entre el alto clero (obispos, abades, etc.) y el bajo clero (párrocos, curas rurales, etc.). La Iglesia poseía un gran número de señoríos obtenidos de la repoblación, de donaciones reales y de disposiciones testamentarias de particulares. Además, la Iglesia recibía el diezmo, es decir, un diez por ciento de las cosechas.

c.   Estado llano (Campesinos, burguesía y grupos marginados o minorías).
  • Campesinos.
   Constituían la mayor parte de la población. Existían tres categorías. Por un lado, los libres, grupo reducido que cultivaba sus propias tierras. Por otro, los colonos que trabajaban las tierras de un señor (nobleza, Iglesia o rey) y, a cambio, pagaba un censo o contribución. Por último, los siervos que estaban sujetos al régimen señorial, es decir, los campesinos trabajaban las tierras de los señores. Los siervos pagaban impuestos por trabajar unas tierras que no eran suyas y por la utilización de los servicios comunes del señorío (molinos, graneros, etc.). Además, debían trabajar gratis la tierra del señor un número determinado de días al año (corveas). Estaban adscritos a la tierra, no podían abandonarla salvo cuando se dieran ciertas circunstancias (situación jurídica de semilibertad).

  • Burguesía.
   Grupo social relacionado con el desarrollo de las ciudades y de las actividades económicas urbanas como la artesanía y el comercio. La burguesía estaba dividida en dos grupos. La gran burguesía o patriciado que se dedicaba al comercio al por mayor. Este grupo adquirió una gran influencia social y política en la Corona de Aragón. El otro grupo era el común o gente menuda, cuyos miembros se dedicaban a actividades artesanales y al comercio al por menor.  
  • Grupos marginados y minorías.
  1. Pobres y vagos. Se caracterizaban por realizar trabajos esporádicos, pedir limosna o realizar pequeños hurtos. Eran atendidos por la Iglesia mediante las casas de caridad y los hospitales de pobres.
  2. Mudéjares. Musulmanes que residían en territorio cristiano. Se dedicaban a la artesanía y a la agricultura de regadío. Era un grupo importante en la Corona de Aragón  (Valencia y Aragón).
  3. Judíos. Ocupaban puestos de relevancia en la estructura político-administrativa (tesoreros, juristas, etc.) y ejercían profesiones liberales (médicos, traductores, etc.)
  Mudéjares y judíos fueron objeto de una gran hostilidad por parte de las clases populares. Por ello, surgieron barrios propios en las ciudades (morerías y juderías), y se les obligó a llevar  señas distintivas. Estas medidas provocaron un aumento de las conversiones, dando lugar a los cristianos nuevos o conversos.


2.6)  Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al final de la Edad Media.
   La monarquía castellana era de carácter autoritario, es decir, el poder del monarca, en teoría, no puede estar limitado por ningún otro poder. El monarca recibía el apoyo de una serie de instituciones a la hora de ejercer las tareas de gobierno. Las más importantes eran el Consejo Real (órgano que asesoraba al rey en las tareas de gobierno, integrado mayoritariamente por juristas o expertos en leyes); la Audiencia (órgano supremo de justicia, sólo supeditado a la autoridad del monarca); la Contaduría (ocupaba de los ingresos y gastos de la Corona); y las Cortes. Surgen en el año 1188, pero no cobraron importancia hasta los siglos XIV y XV. Presentaban las siguientes características:
  • No tenían iniciativa legislativa, es decir, no pueden proponer leyes.
  • Pueden acudir a las Cortes representantes de la nobleza, el clero y los procuradores de diecisiete ciudades: Burgos, León, Zamora, Toro, Salamanca, Ávila, Soria, Segovia, Valladolid, Sevilla, Toledo, Córdoba, Jaén, Murcia, Cuenca, Guadalajara y Madrid (más Granada).
  • Solían reunirse cada dos años.
  • Su función más importante era la aprobación de subsidios (impuestos de carácter extraordinario).
   La monarquía de la Corona de Aragón era pactista. El gobierno de la monarquía se ejercía en virtud de un pacto o contrato establecido entre el monarca y sus súbditos, representados en Cortes. Cada Estado que integraba la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca) tenía cierta autonomía política e instituciones propias (Cortes). El rey tenía la titularidad de cada Estado (rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca y conde de Barcelona). En la Corona de Aragón, a diferencia de Castilla, aparece la delegación real, es decir, el monarca es sustituido por altos dignatarios que ayudaban al rey en sus tareas de gobierno y le sustituían en caso de ausencia. Las instituciones más importantes eran el Consejo Real (órgano de carácter consultivo); la Audiencia (órgano supremo de justicia); la Hacienda Real (ingresos y gastos de la Corona); el Justicia de Aragón (alto magistrado que intervenía en los pleitos entre el rey y los nobles e interpretaba el Derecho tradicional aragonés); y las Cortes (Aragón, Cataluña y Valencia). Había dos clases: Cortes generales de la Corona de Aragón (con representantes del reino de Aragón, del reino de Valencia y del condado de Cataluña); y las Cortes propias de cada Estado (Aragón, Valencia y Cataluña). Presentaban las siguientes características:
  • Tenían iniciativa legislativa, es decir,  pueden proponer leyes.
  • Estaban representados en Cortes los ricoshombres (alta nobleza), los  infanzones (baja nobleza), el clero y los ciudadanos.
  • Se reunían cada dos (Aragón) o tres años (Cataluña).
  • Aparición de la Diputación General o Generalitat cuya función era controlar que todos los acuerdos aprobados en Cortes fueran puestos en práctica.

   La monarquía navarra tiene similitudes con la aragonesa. El monarca estaba obligado a respetar los fueros navarros. Las Cortes navarras tenían amplias competencias como votar los impuestos ordinarios, control sobre los gastos e ingresos, etc. 

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