lunes, 20 de septiembre de 2010

Tema 2. La Prehistoria, la Hispania romana y la monarquía visigoda.

TEMA 2: La Prehistoria, la Hispania romana y la monarquía visigoda.

a)      La Prehistoria.
·         Paleolítico.
·         Mesolítico o Epipaleolítico.
·         Neolítico.
·         La Edad de los Metales.
b)      Las colonizaciones.
c)      Los pueblos prerromanos en la Península Ibérica.
d)      La Hispania romana
·         Conquista.
·         La romanización.
·         La organización política.
·         Estructura social.
·         Economía.
·         La crisis del siglo III.
e)      La Hispania visigoda.
·         Formación del reino de Toledo.
·         La organización política.
·         Sociedad y economía.

a)      LA PREHISTORIA.

  • PALEOLÍTICO (800000 a.C-10000 a.C)

   Paleolítico significa antigua edad de piedra.  El concepto hace referencia a la técnica lítica empleada, la piedra tallada. Este período se divide en tres etapas: Paleolítico inferior (800000-100000 a.C), Paleolítico medio (100000-35000 a.C) y Paleolítico superior (35000-10000 a.C). Las características generales de este período son las siguientes:

  • Evolución biológica del hombre. Se alcanzan los rasgos físicos actuales y se desarrollan las capacidades intelectuales de los seres humanos. Los homínidos descubiertos en la península Ibérica son el Homo antecessor (800000 años, restos hallados en el yacimiento burgalés de Atapuerca, uno de los principales yacimientos de fósiles humanos del mundo), Homo heidelbergensis (300000 años, Atapuerca), Homo sapiens neanderthalensis (100000 años, Atapuerca, Granada, Gerona, Gibraltar) y Homo sapiens sapiens (35000 años, numerosos yacimientos en toda la Península).

  • Predominio de una economía depredadora. El hombre no es capaz de producir los alimentos que consume, es decir, caza, pesca y recolecta frutos, plantas, etc. Por ello, los seres humanos eran nómadas, los asentamientos eran estacionales y se situaban en cuevas o en las riberas de los ríos.

  • Evolución cultural. Se observa en los cambios de la técnicas líticas (se pasa de la técnica de lascas a la de hojas). Los útiles son más variados: puntas de flechas, raederas, cuchillos, buriles, etc. En el Paleolítico superior, hay una mayor abundancia de objetos de madera y hueso. Otros indicadores de la evolución cultural son la aparición del fuego, los ritos religiosos, los enterramientos, el lenguaje, etc.

  • Importantes manifestaciones artísticas, especialmente en la región cantábrica. Destaca la pintura rupestre caracterizada por su policromía, el realismo, la representación de figuras aisladas (preferentemente de animales), el aprovechamiento de los salientes y entrantes de las paredes para dar volumen a las figuras, etc. Algunos yacimientos son Altamira, el Castillo, Tito Bustillo, etc.

  • MESOLÍTICO O EPIPALEOLÍTICO (10000 a.C-5500 a.C).

Mesolítico: el concepto hace referencia a las culturas en proceso de neolitización.
Epipaleolítico: culturas que manifiestan una continuidad con los cazadores-recolectores del Paleolítico.  
Las características más destacadas de esta etapa son las siguientes:

·         Cambio climático. El clima se hace más cálido, lo que supone el desplazamiento hacia el norte de animales objeto de caza durante el Paleolítico. Por ello, la pesca adquiere una gran importancia y los principales yacimientos se localizan en la costa (por ejemplo, la cultura asturiense en el Cantábrico) o en la proximidad de los ríos.
·         Microlitismo. Útiles de piedra de escasas dimensiones, lo que demuestra un mayor desarrollo técnico
·         Pintura rupestre. Los principales yacimientos se localizan en el Levante peninsular. Aparecen al aire libre (abrigos naturales), las pinturas son monocromas (rojo y negro), hay predominio del esquematismo, las figuras forman escenas, es frecuente la representación de la figura humana, y hay una jerarquización de las figuras. Ejemplos son Valltorta (Castellón) o Cogull (Lérida).
                                                                                 

  • NEOLÍTICO (5500-2500 a.C)

Neolítico: significa nueva piedra, es decir, el concepto hace referencia a la técnica del trabajo de la piedra, la pulimentación, frente a la piedra tallada característica del período anterior.
   Lo más importante del período es el cambio socioeconómico debido a la aparición de la economía productora (agricultura y ganadería). Otras características son la sedentarización del hombre (poblados), la aparición de la cerámica (fósil-guía que permite identificar los diferentes grupos culturales), el surgimiento de las jerarquías sociales, etc. Las principales culturas del Neolítico peninsular son las siguientes:

  • Cultura de la cerámica cardial. Se desarrolla en Cataluña, Levante y Andalucía. Caracterizada por una decoración impresa utilizando la concha de un molusco, el cardum edule.

  • Cultura de los sepulcros en fosa. Su principal rasgo son los enterramientos individuales con ajuar. Cataluña.

  • Cultura  almeriense. Enterramientos colectivos en tumbas circulares.

  • Megalitismo (grandes piedras). Construcción de enterramientos circulares utilizando grandes bloques de piedra (dólmenes). Importante en el sureste de la península.  La Cueva de Menga, Cueva de El Romeral, ambas en la provincia de Málaga, son dos ejemplos.

  • EDAD DE LOS METALES (2500-750 a.C). Se caracteriza por la aparición de la metalurgia. Esta innovación favoreció los intercambios comerciales y el contacto entre las diversas culturas.
    • Edad del cobre o Calcolítico (2500-1800 a. C). Se desarrollan dos importantes culturas. La cultura de Los Millares (Almería), que se relaciona con los yacimientos de cobre de la zona y se caracteriza por los enterramientos colectivos en tumbas megalíticas. Y las culturas de vaso campaniforme, culturas que tienen en común el uso de vasos cerámicos (cerámica incisa con motivos geométricos) en forma de campana invertida. Los enterramientos son individuales con ajuar, y se desarrolla en toda Europa.
    • Edad del bronce (1800-750 a.C). Las culturas de este período son:
ü  Cultura de El Argar (Almería). Se desarrolla en Granada, Jaén, Almería y Murcia. Los poblados se sitúan en lugares altos y estratégicos. Un rasgo de esta cultura son los enterramientos individuales con ajuar.
ü  Cultura de las motillas de La Mancha. Caracterizada por los poblados fortificados situados en lugares altos.
ü  Cultura de los campos de urnas. Se localiza en Cataluña y Aragón. Presenta como innovación la incineración de los muertos, depositándose las cenizas en unas urnas de cerámica.
ü  Cultura talayótica (Islas Baleares). Caracterizada por poblados fortificados donde aparecen tres edificios ciclópeos: talayot (torreón), taula (dos grandes piedras en forma de t) y naveta (forma de nave invertida), lugar donde se practicaban enterramientos colectivos.
§Edad del hierro. Se perfilan las culturas que posteriormente se van a desarrollar. En Andalucía y Levante, la cultura tartésica y la ibérica. En la zona noroeste, la cultura castreña (poblados fortificados), y en el centro la cultura celtibérica.

b)      LAS COLONIZACIONES.

   El concepto hace referencia a la llegada y al asentamiento en la península Ibérica de pueblos procedentes del Mediterráneo: fenicios, griegos y cartagineses. Estos pueblos tuvieron una gran influencia en las primeras culturas del hierro peninsular. Los asentamientos fueron limitados y efímeros, centrados en los intercambios comerciales o en el control de las riquezas mineras.

  • Fenicios. Sus asentamientos se limitan a la costa andaluza y al valle del Guadalquivir. Los principales son Gadir (1100 a.C o siglo VIII a.C), Malaka, Abdera y Sexi. Sus principales aportaciones fueron técnicas mineras y constructivas, divinidades, formas artísticas, cerámica, etc. Ejercieron una gran influencia en la cultura tartésica.
  • Griegos. Su presencia se remonta al siglo VII a. C. Establecieron una serie de factorías comerciales a lo largo de la costa mediterránea (desde Cataluña hasta Andalucía). Su colonia más importante fue Emporion (Ampurias). Los griegos tuvieron una gran influencia en el arte y en la lengua de las culturas ibéricas.
  • Cartagineses. La presencia cartaginesa se remonta al siglo V a. C y se basa en motivos comerciales y, especialmente, militares (enfrentamiento con Roma por el control del Mediterráneo occidental, guerras púnicas). Sus principales bases fueron Cartago Nova e Ibiza.

c)      LOS PUEBLOS PRERROMANOS.

  • Tartessos. La cultura tartésica se remonta al siglo X a. C y se localiza en el Valle del Guadalquivir y se relaciona con la existencia de importantes yacimientos mineros de cobre, oro y plata (Minas de Río Tinto). Ésta influenciada por la colonización fenicia. Durante los siglos VIII-VI a. C, se asiste al apogeo de la cultura tartésica. Posteriormente, entró en declive por razones desconocidas (lusitanos, cartagineses, colapso económico…). Una característica es la riqueza de la cultura material (joyas, cerámica, etc.) frente a la pobreza de los poblados encontrados.
  • Iberos. Conjunto de pueblos (ilergetes, lacetanos, turdetanos, edetanos, etc.) asentados en la fachada mediterránea y Andalucía que, a partir del siglo X a. C, recibieron una serie de aportaciones de los pueblos colonizadores: uso del hierro, moneda, escritura, etc. Sus principales características son:
    • Políticas. Las formas de gobierno son múltiples: gobiernos aristocráticos, monarquía, etc.
    • Hábitat. Los poblados se situaban en lugares altos y amurallados.
    • Actividad económica. Practicaban la agricultura de secano (trigo, cebada), la cría de animales (sobre todo, caballos por la actividad guerrera de estos pueblos) y los intercambios comerciales con los pueblos colonizadores.
    • Religión. Eran politeístas. Practicaban la incineración de los muertos. Destacan la representación escultórica de divinidades: dama de Elche, dama de Baza, etc.
    • Sociedad. Sociedad muy jerarquizada, bajo el control de una aristocracia guerrera. Una práctica social común era la llamada devotio ibérica, que era un pacto de fidelidad a un caudillo militar hasta la muerte.

  • Celtas. Pueblos indoeuropeos que penetraron en la península Ibérica a partir del siglo X a. C. Se establecieron en la cornisa cantábrica, Cataluña, Meseta y en la zona oeste de la península. Presentaban las siguientes características.
    • Políticas. Gobernados por una asamblea de ancianos y otras personas de relevancia social.
    • Hábitat. Los poblados se situaban en lugares altos, rodeados de empalizadas y fosos (castros).
    • Actividad económica. Practicaban una agricultura basada en el cultivo de los cereales y las legumbres, y la ganadería trashumante. Una actividad muy importante era la metalurgia.
    • Religión. Eran politeístas. Gran número de divinidades, relacionadas con el culto a la naturaleza.
    • Sociedad. Sociedad caracterizada por la existencia de tres instituciones importantes: gentilidad (agrupación familiar en un clan suprafamiliar que se basa en la existencia de un antepasado común), hospitalidad (vinculación de un individuo con una gentilidad diferente a la suya), y clientela (relación entre una persona o grupo y un patrono que, a cambio de la fidelidad de esa persona o grupo, les proporciona beneficios sociales o económicos).

d)      LA HISPANIA ROMANA.

  • CONQUISTA (218 a. C-19 a. C)
   La primera fase (218-206 a. C) se sitúa en el contexto de la II Guerra Púnica y se caracterizó por la ocupación de la franja mediterránea. Esta fase concluyó con la ocupación de Cádiz en el 206 a. C. La segunda se desarrolló entre los años 206 a. C y 83 a. C, ocupando el centro y el oeste de la Península. La conquista romana encontró una gran resistencia de los pueblos indígenas como, por ejemplo, en la Guerra de los lusitanos (155-139 a. C, asesinato del caudillo lusitano Viriato) y en la Guerra celtibérica (154-133 a. C, episodio de Numancia). La tercera fase (83-19 a. C) supuso la ocupación del norte  y el sometimiento de astures y cántabros.

  • ROMANIZACIÓN.

   La romanización es la asimilación de la cultura y de las formas de vida romanas (lengua, derecho, religión, sistema social, sistema administrativo, etc.) por parte de los pueblos peninsulares. Las principales características de la romanización fueron:

    • No tuvo un carácter uniforme, fue más intensa en el sur y en este de la península Ibérica.
    • No fue una consecuencia de la conquista, sino un proceso lento y dilatado en el tiempo.
    • No desaparecieron completamente las formas culturales ibéricas y celtas.
             
          Los medios de la romanización fueron:

·         Urbanización. La adopción del modelo administrativo romano en las ciudades.
·         Ejército. Los romanos reclutaban tropas auxiliares entre los indígenas. Éstos entraban en contacto con las formas de vida romanas. Al término del servicio militar, conseguían la ciudadanía romana y tierras.
·         Concesión de la ciudadanía romana a la aristocracia indígena para asegurarse su apoyo y su colaboración.

  • ESTRUCTURA POLÍTICO-ADMINISTRATIVA.

   Roma dividió el territorio peninsular en provincias. En la etapa republicana (197-27 a. C), se crearon dos provincias, la Hispania Citerior (Cartago Nova) e Hispania Ulterior (Corduba). Cada provincia estaba dirigida por un pretor (mando sobre una legión), cargo anual que, en el inicio de su mandato, emitía un edictum que establecía las normas de su gobierno. Al concluir el año, debía rendir cuentas de su gestión ante el Senado romano. En caso de peligro, se enviaba un cónsul (mando sobre dos legiones).
          Durante la etapa imperial (hasta el 476), la estructura administrativa tuvo diversos cambios. Octavio Augusto (primer emperador romano) realizó una importante reforma administrativa cuyas principales características fueron:
·         Nueva división provincial: Tarraconensis (antigua Hispania Citerior; Tarraco), Lusitania (parte de la Hispania Ulterior; Emerita Augusta) y Betica (Hispania Ulterior; Corduba).
·         Creación de dos clases de provincias: provincias senatoriales (totalmente pacificadas y administradas por el Senado romano; Betica) y provincias imperiales (no pacificadas, administradas por el emperador a través de un delegado).
·         Aparición de los conventos jurídicos. Eran distritos con funciones administrativas, judiciales y económicas.
  
   En el año 212, el emperador Caracalla concedió la ciudadanía a todos los habitantes del Imperio. Esto supuso una nueva forma de administrar las ciudades:
·         Comicios o asambleas de ciudadanos. Encargados de  la votación de leyes, la elección de magistrados, etc.
·         Magistrados. Tenían funciones ejecutivas. Había tres clases de magistrados: duunviros (administración de los asuntos municipales), ediles (encargados de la seguridad pública, abastecimiento de los mercados, etc.) y cuestores (finanzas).
·         Consejo Municipal. Formado por los decuriones (aristocracia urbana), antiguos magistrados con influencia en los comicios.


  • ORGANIZACIÓN SOCIAL.

   Las categorías sociales se establecían en función de estatutos jurídicos diferenciados. Existían dos grandes grupos: libres y esclavos. Estos últimos no tenían derechos civiles, ni políticos. Los libres incluían las siguientes categorías:

  • Ciudadanos romanos. Disfrutan de derechos políticos y civiles. Existían dos grandes grupos. Los ciudadanos pertenecientes a los órdenes (nobleza)  y los ciudadanos no pertenecientes a los órdenes. A su vez, los ciudadanos pertenecientes a los órdenes se dividían en el orden senatorial (grupo minoritario cuyos miembros podían ser senadores y ocupaban los cargos políticos, militares y religiosos más importantes), el orden ecuestre (ocupaban cargos de menor importancia como las magistraturas de cohorte, la prefectura de caballería, etc.), y el orden decurional (nobleza urbana y local que se ocupaba de la administración municipal). Los ciudadanos romanos no pertenecientes a los órdenes (plebe). Tenían derechos políticos y civiles. Su nivel de riqueza era variable.
  • No ciudadanos. Tenían derechos civiles, pero carecían de derechos políticos
  • Libertos. Esclavos manumitidos. Tenían derechos civiles, pero estaban vinculados a sus antiguos propietarios (patronos).

  • ECONOMÍA.

   El sistema económico romano se basaba en la utilización de esclavos que, en su mayor parte, procedían de las conquistas militares. Las actividades económicas más destacadas fueron:

Ø  Agricultura. Basada en la tríada mediterránea: cereales, vid y olivo. Parte de la producción se exportaba a otras zonas del Imperio.
Ø  Minería. Hispania fue el distrito minero más rico del Imperio Romano. La riqueza minera fue una de las razones de la conquista. Las minas pertenecían al Estado romano que las explotaba directamente o las alquilaba a particulares. Los principales recursos mineros eran oro (León, Galicia, Asturias), plata (Huelva, Murcia), cobre (Huelva), estaño (Extremadura, Galicia) y mercurio (Ciudad Real).
Ø  Comercio. Tuvo un gran desarrollo por la importancia de las ciudades en el sistema económico romano y por la construcción de una importante red viaria (calzadas romanas). Éstas permitían una rápida circulación de de los productos por todo el Imperio. Las principales exportaciones hispanas eran el aceite, el vino, el trigo, el garum, los metales, la cerámica, los esclavos, etc.


o   LA CRISIS DEL SIGLO III. 


    Durante la segunda mitad del siglo III, el Imperio Romano entró en crisis. Las principales razones fueron:
·         Debilidad del poder político central. Se debió a la intervención constante del ejército en la vida política mediante el nombramiento de los emperadores.
·         Inseguridad de las fronteras. Se produjo por la presión de los pueblos germanos que, en ocasiones, penetraron en el interior del Imperio.
·         Decadencia de las ciudades y de la economía urbana. La paralización de las conquistas militares supuso el declive del sistema esclavista y, por otro lado, la inseguridad reinante se tradujo en el empobrecimiento de las ciudades.                       
              La consecuencia fue la ruralización de la economía que se manifestó en la aparición de una aristocracia rural, propietaria de latifundios autosuficientes económicamente. Éstos eran explotados por colonos, vinculados a los grandes propietarios de tierras, estableciéndose entre ellos una relación personal (trabajo a cambio de protección). Este sistema se denomina colonato.
       A finales del siglo III y principios del IV, el emperador Diocleciano (284-305)  realizó una serie de reformas que lograron frenar la crisis política. Desde el punto de vista administrativo, Diocleciano dividió Hispania en siete provincias: Gallaecia, Tarraconense, Carthaginense, Lusitania, Betica, Balearica y Mauritania Tingitana. Estas provincias se integraban en una división administrativa de mayor rango, la diócesis (Diócesis Hispanorum) dirigida por un vicario (vicarius). A su vez, la Diócesis Hispanorum se integraba en una prefectura (Praefectura Galliarum).
   

e)      LA HISPANIA VISIGODA


o   FORMACIÓN DEL REINO DE TOLEDO.

   A finales del siglo IV, los pueblos germanos penetran y se asientan en el Imperio Romano. Algunos de ellos establecieron un foedus (pacto) con Roma, convirtiéndose en federados. Roma les concedía tierras a cambio de realizar tareas militares. En el año 409, tres pueblos germanos, suevos, vándalos y alanos, penetraron en la península Ibérica. Los suevos se establecieron en Gallaecia, los vándalos en la Betica y los alanos en la Lusitania y la Carthaginense. Los suevos establecieron un reino sólido en la actual Galicia y Roma reaccionó enviando a la península a uno de los pueblos germanos federados, los visigodos. Los visigodos constituyeron un reino en el sur de la Galia (actual Francia) denominado Reino de Tolosa. En el año 507, los visigodos fueron derrotados por los francos (otro pueblo germano) en la Batalla de Vouillè. La derrota supuso el establecimiento definitivo de los visigodos en la península Ibérica y la formación del Reino de Toledo. Pese a su escaso número (alrededor de 200000), la población hispanorromana no ofreció resistencia a la ocupación porque consideraban la presencia visigoda como una continuación del orden romano una vez desaparecido el Imperio Romano de Occidente en el 476. El Reino de Toledo logró el control de todo el territorio peninsular durante los reinados de Leovigildo (568-586) y Suintila (621-631). Leovigildo derrotó a los suevos y a los vascones, e intentó expulsar a los bizantinos que se habían establecido en la península en el 554. Suintila consiguió la expulsión de los bizantinos.
   El fin del reino visigodo está relacionado con la forma de la monarquía visigoda. Era una monarquía electiva, lo que provocaba importantes divisiones internas. A la muerte del rey Witiza (710), fue elegido rey don Rodrigo. La elección no fue aceptada por los witizanos y reclamaron la ayuda de los musulmanes ya establecidos en el norte de África. En el año 711, los musulmanes desembarcaron en la península y derrotaron a los visigodos en la Batalla del río Guadalete.


o   LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA.

   La monarquía visigoda era electiva. Los monarcas eran elegidos por una asamblea de hombres libres. Este tipo de monarquía fue un importante factor de inestabilidad política porque la sucesión provocaba el enfrentamiento entre diversas facciones. El monarca  se apoyaba en una serie de instituciones para ejercer su labor:
ü  Aula Regia. Era un órgano de carácter consultivo y legislativo en cuestiones militares, judiciales y políticas. Estaba integrado por nobles, jueces, jefes militares y gobernadores. Las decisiones del Aula Regia eran ejecutadas por el Officium Palatinum, órgano integrado por nobles al servicio del rey. El Aula Regia es el antecedente de la Curia Regia y de las Cortes.
ü  Concilios de Toledo. Eran asambleas político-religiosas cuyas decisiones se convertían en leyes tras ser aprobadas por el monarca.
ü   Administración territorial. El territorio estaba dividido en provincias que eran dirigidas por duques, y las provincias en ciudades, gobernadas por condes.


o   SOCIEDAD Y ECONOMÍA.


   Los visigodos eran una minoría (200000) frente a la población hispanorromana (8000000). La característica social más importante era la acusada distinción jurídica entre visigodos y los hispanorromanos. Esa diferenciación desapareció con la adopción de una serie de medidas:
§  Autorización de los matrimonios mixtos (583, Leovigildo).
§  El abandono del  arrianismo y la adopción del catolicismo (Recaredo, 589, III Concilio de Toledo).
§  La promulgación del Liber Iudiciorum (654 o 656, Recesvinto), que unificó los derechos germano y romano, terminando de este modo con la pluralidad jurídica. Es el antecedente del Fuero Juzgo que se aplicó en los reinos cristianos.

           La principal actividad económica era la agricultura. Se introdujo la encomendación: sistema agrario de producción en el que un hombre libre se vinculaba a un señor mediante un pacto de fidelidad, recibiendo tierras y protección a cambio de sus servicios.


             

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