lunes, 20 de septiembre de 2010

Tema 9. La España del siglo XVII.

Tema 9:   La España del siglo XVII.                                                                                     



a)      Introducción.


   Los reyes del siglo XVII son los llamados Austrias menores.
  • Felipe III (1598-1621). Su reinado se caracteriza por el cambio de la política exterior, tratando de poner fin a los conflictos en los que la Monarquía Hispánica participaba. La razón fue el inicio de la crisis económica del siglo XVII.
  • Felipe IV (1621-1665). Tuvo que hacer frente a una guerra europea generalizada (Guerra de los Treinta Años), a  problemas internos (revueltas de Portugal y Cataluña), y a la gravísima situación económica.
  • Carlos II (1665-1700). La derrota militar hispana, los desastres naturales, etc. son los rasgos propios de su reinado. A finales del siglo, se observan signos de recuperación en las zonas costeras como Cataluña, País Vasco y Valencia.
   El siglo XVII es un siglo de crisis. Un hecho político (política exterior) influye negativamente en la sociedad y en la economía. La crisis afectó en mayor o menor medida a todos los países de  Europa, aunque es mucho más profunda en el caso peninsular.
    Sin embargo, desde el punto de vista cultural, asistimos a uno de los períodos más brillantes de la cultura hispana (Siglo de Oro).

b)      Causas y características de la crisis.


   Causas

  • Disminución de la población.
   A lo largo del siglo XVII, la población peninsular disminuyó en un millón de habitantes (pasó de 8 millones a 7 millones). Las razones fueron las epidemias (peste), las guerras constantes (Flandes, Portugal, etc.), la emigración a las Indias, el descenso de la tasa de natalidad por la reducción del número de matrimonios, y la expulsión de los moriscos (alrededor de 120000 tuvieron que abandonar el país, afectando especialmente a la zona levantina, al valle del Ebro y a Granada).

  • Política monetaria.
   Consistió en la alteración de la moneda para hacer frente a los problemas financieros de la Corona. Fue iniciada por Felipe III y continuada por Felipe IV. Esta política afectó a la moneda de vellón (cobre y plata). En un primer momento, se emitió moneda de vellón solo de cobre. Posteriormente, se redujo el peso de la moneda, pero se mantuvo su valor nominal. Más adelante, se reselló para duplicar su valor nominal. Por último, se emitieron grandes cantidades de moneda de vellón. Esta política tuvo como principal consecuencia la aparición de dos sistemas monetarios. Uno, basado en las monedas de oro y plata, utilizado por las clases pudientes, y otro, basado en la moneda de vellón, propio de las clases bajas. Éstas se vieron perjudicadas porque subieron los precios de los productos expresados en moneda de vellón.

  • Mentalidad social de la época.
   El ideal social era vivir de las rentas, es decir, vivir sin trabajar. Por ello, se buscaban puestos en la Administración o títulos que proporcionaran ingresos. Se desprecian las actividades productivas. A esta actitud contribuyó la Corona mediante la creación de determinados puestos públicos que vendía para obtener ingresos extraordinarios.

   Características


  • Disminución del nivel de vida de los campesinos.
   Las razones fueron la disminución de los precios agrícolas, las malas cosechas y el aumento de los impuestos. En algunos casos, tuvieron que solicitar préstamos que no pudieron devolver y perdieron sus propiedades. Las consecuencias fueron la concentración de la propiedad en manos de la nobleza, la emigración de los campesinos a la ciudad (aumento del número de vagos, pícaros y mendigos), y la reducción de las tierras cultivadas y, por tanto, de la producción.

  • Paralización de las actividades artesanales y el debilitamiento del comercio.
   Las principales razones fueron la llegada de productos extranjeros manufacturados más baratos que los nacionales, lo que provocó la ruina de las industrias artesanales peninsulares; el retroceso del comercio con América como consecuencia de la falta de barcos mercantes, ya que los disponibles eran utilizados como navíos de guerra; y la idea de que el trabajo manual era un deshonor, idea típica de la nobleza que fue asumida por la burguesía.

  • Ruina de las finanzas estatales.
   Las medidas para buscar recursos extraordinarios (juros, venta de cargos, etc.) no fueron suficientes para hacer frente a los gastos de la Corona. Los ingresos se destinaban a financiar la costosa política exterior. Los ingresos procedían de las rentas de Castilla, los metales preciosos y el sistema tributario. Estas fuentes estaban muy debilitadas en el siglo XVII.

   Los arbitristas (Moncada, Ortiz, etc.) analizaron la crisis y ofrecieron soluciones a la misma. En general, indicaron que la actividad económica no podía basarse en la exportación de materias primas, ya que, luego, se importaban como productos elaborados. La diferencia de precio (más caros los productos elaborados) beneficiaba a los productores extranjeros.

  


c)      Política interior


  Las principales características de la política interior fueron las siguientes:

  • Los reyes del siglo XVII delegaron el poder en personas de su confianza (validos). Entro todos, destacan el duque de Lerma (valido de Felipe III) y el conde-duque de Olivares (Felipe IV).

  • Ante la decadencia y la corrupción de los consejos, surgieron las juntas. Las juntas (Junta de Población, Junta de Reforma, etc.) se ocupaban de asuntos concretos de gobierno. El creador del sistema fue Lerma, pero el gran impulsor fue Olivares.

  • Expulsión de los moriscos (1609-1610), que culminó el proceso de unificación religiosa iniciado por los Reyes Católicos.

  • Intento centralizador (1622-1643), que se produjo por la necesidad de obtener recursos económicos para financiar las guerras europeas. Olivares diseñó un proyecto llamado Unión de Armas (1625): repartir entre todos los Estados el peso de la política real, formando un ejército común  que sería financiado por cada Estado en función de su población y riqueza. Valencia y Aragón aceptaron mantener un ejército durante quince años, pero Cataluña se negó. El intento centralizador de Olivares provocó numerosas revueltas: Vizcaya, Nápoles, Andalucía, Aragón, etc. La rebelión de Cataluña y la de Portugal fueron las más importantes:

    • La rebelión catalana se inició en 1640 y estuvo protagonizada por el campesinado y la población urbana, y dirigida por la burguesía catalana. El objetivo era establecer una República bajo la protección del rey Luis XIII de Francia. La rebelión concluyó en 1652, tras la ocupación de Barcelona por el ejército real.
    • La rebelión portuguesa se inició aprovechando la revuelta catalana. Los portugueses, apoyados por Francia e Inglaterra, nombraron monarca a Juan IV. El conflicto finalizó con la firma del Tratado de Lisboa (1668), por el que la Monarquía Hispánica reconocía la independencia de Portugal.




d)      Política exterior.

   A finales del siglo XVII, se inició un período de paz que se manifestó en la firma de la Paz de Vervins (1598) con Francia, el fin del enfrentamiento con Inglaterra (1604), y la firma de la Tregua de los Doce Años con  las Provincias Unidas (1609-1621). Las dificultades económicas de la Corona explican la necesidad de establecer estos acuerdos.
   Sin embargo, a partir del año 1620, la Monarquía Hispánica intervino en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) para ayudar a la rama austriaca de los Habsburgo. La guerra, iniciada en el Sacro Imperio Romano Germánico, se produjo por razones religiosas y fue un conflicto generalizado entre naciones católicas y protestantes, que derivó en un enfrentamiento por la hegemonía en Europa. Francia, país católico, apoyó a las naciones protestantes. La guerra concluyó con la Paz de Westfalia (1648). Westfalia puso fin a la hegemonía hispana en Europa, hegemonía que pasó a Francia. Además, la Monarquía Hispánica tuvo que reconocer la independencia de las Provincias Unidas (Holanda).
   La guerra hispano-francesa continuó hasta la firma de la Paz de los Pirineos (1659), que estableció la actual frontera con Francia. La Monarquía Hispánica tuvo que devolver el Rosellón y la Cerdaña.
   Durante el reinado de Carlos II, la Monarquía Hispánica tuvo que hacer frente a la política expansionista francesa. El temor a la hegemonía francesa hizo que Inglaterra y Holanda apoyaran a la Monarquía Hispánica.



e)      Esplendor cultural. El Siglo de Oro.


   El siglo XVII es una etapa muy brillante desde el punto de vista cultural. Por ello, se denomina  “Siglo de Oro”. En la producción literaria, destaca el teatro (surge la denominada comedia nacional) con autores como Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina; la poesía con Góngora (culteranismo) y Quevedo (conceptismo, y la novela picaresca con autores como Mateo Alemán o Quevedo.
   Por otro lado, un grupo variado de pensadores que denominamos arbitristas (Moncada, Ortiz, etc.) analizaron la situación y ofrecieron soluciones a la crisis del momento. En general, indicaron que la actividad económica no podía basarse en la exportación de materias primas, ya que, luego, se importaban como productos elaborados. La diferencia de precio (más caros los productos elaborados) beneficiaba a los productores extranjeros.


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