lunes, 31 de enero de 2011

Tema 16. El Sexenio Democrático o Revolucionario (1868-1874)


TEMA 16: EL SEXENIO DEMOCRÁTICO O REVOLUCIONARIO (1868-1874).   

   Se denomina Sexenio Democrático al período comprendido entre la Revolución de 1868 (la “Gloriosa”) que supuso la caída de Isabel II, y la restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII en 1874. Durante este período se sucedieron diferentes regímenes y gobiernos: un gobierno provisional, una regencia (general Serrano), una monarquía (Amadeo de Saboya), una república y un gobierno autoritario (general Serrano). Hay que considerar esta etapa como otra más en el proceso de consolidación del régimen liberal. Se intentó instaurar un sistema liberal democrático que fracasó por diversas razones: Tercera Guerra Carlista, insurrecciones populares, guerra de Cuba, movimiento cantonal, etc.

a)       LA REVOLUCIÓN DE 1868.

   Las causas de la Revolución de 1868 son diversas y hay que buscarlas los últimos años del reinado de Isabel II.
      Causas económicas: La situación económica era muy difícil desde 1864, ya que se superponen la crisis de la industria textil catalana; la de la construcción ferroviaria; la de la Bolsa, que provocó la quiebra de muchas sociedades de crédito; la crisis de la Hacienda Pública, y una crisis de subsistencias por las malas cosechas (1866 y 1867). Esta situación provocó un gran descontento en todos los sectores sociales: burguesía industrial y financiera, terratenientes, grupos populares, etc.
   Causas políticas: Los gobiernos conservadores de Narváez y O’Donnell se habían caracterizado por desarrollar una política orientada al mantenimiento del orden, reprimiendo violentamente cualquier intento de crítica del mismo. Pero la situación política era insostenible. Demócratas y progresistas habían firmado en 1866 el Pacto de Ostende (con los objetivos de acabar con la monarquía de Isabel II y establecer un sistema político más democrático), a ellos se unieron los unionistas en 1868.
   La revolución se inició el 17 de septiembre de 1868 con el pronunciamiento del almirante Topete, jefe de la armada de Cádiz, al que se unieron los generales Prim, Serrano y otros jefes militares. Las tropas gubernamentales fueron derrotadas por Serrano en la batalla de Alcolea el 28 de septiembre. El 29 de septiembre Isabel II, que se hallaba de vacaciones en San Sebastián, marchó al exilio.
   La revolución fue un pronunciamiento de tipo clásico en principio. Posteriormente, adquirió un carácter popular porque demócratas y progresistas formaron Juntas Locales y Provinciales, que entregaron armas a la población y organizaron a los Voluntarios de la Libertad. Las Juntas presentaban un programa revolucionario que recogía las principales reivindicaciones populares: abolición de las quintas y del impuesto de consumos, establecimiento del sufragio universal,  configuración de un régimen de libertades, etc.

b)       EL GOBIERNO PROVISIONAL, LA CONSTITUCIÓN DE 1869 Y LA REGENCIA DE SERRANO (1868-1870).

   El 8 de octubre se constituyó un gobierno provisional, integrado por progresistas y unionistas. Este gobierno fue presidido por Serrano y formaban parte de él algunos de los principales líderes de la revolución: Prim (ministro de la Guerra, Sagasta (ministro de Gobernación), etc.
          El gobierno provisional adoptó medidas para asegurarse el control del país y convocó elecciones a Cortes Constituyentes mediante sufragio universal masculino para mayores de 25 años.
                La Constitución de 1869.
      
   Durante la campaña electoral se planteó el problema sobre la forma de Estado, Monarquía o República. Los unionistas y los progresistas se mostraban partidarios de una monarquía democrática, mientras que los demócratas se dividieron en dos tendencias:
  • Los promonárquicos. Publicaron el Manifiesto de los Cimbrios, en  el que se mostraban partidarios de la Monarquía democrática con sufragio universal (Cristino Martos, Manuel Becerra).
  • Los republicanos (Castelar, Figueras, Garrido).
   Los resultados electorales significaron el triunfo de la  Monarquía como forma de Estado.
   La Constitución  fue aprobada el 1 de junio de 1869. Consta de 112 artículos. Es la primera Constitución democrática de España y la más progresista del constitucionalismo del siglo XIX. Características:
  • Soberanía nacional, que se manifiesta en el establecimiento del sufragio universal
  • Establecimiento de la Monarquía como forma de Estado. Es una monarquía democrática porque la Corona tiene limitadas sus competencias.
  • Sufragio universal masculino para los mayores de 25 años.
  • División radical de poderes:
    1. El poder legislativo reside en las Cortes, que son bicamerales, Congreso y Senado. El Senado se convierte en una cámara electiva, aunque sigue manteniendo su carácter conservador porque sólo pueden ser elegidos determinadas categorías sociales. Se reconoce a las Cortes el derecho de censura al gobierno, es decir, las Cortes pueden controlar las decisiones del ejecutivo.
    2. El poder ejecutivo recae en los ministros (Consejo de Ministros), que responden de su labor ante las Cortes.
    3. El poder judicial reside en jueces independientes.
  • Amplia declaración de derechos y libertades: libertad, inviolabilidad del domicilio, derecho al voto, libertad de expresión, de enseñanza, de residencia, de reunión y asociación. Su concreción es alta para evitar que sean desarrollados por leyes posteriores, que supongan una limitación de los mismos. Se hace más hincapié en los derechos individuales que en los colectivos.
  • Descentralización administrativa: Ayuntamientos y Diputaciones elegidos.
  • Aprobación de la libertad de cultos, aunque el Estado se comprometía a mantener el culto y el clero católicos.
   Aprobada la Constitución, Serrano fue elegido regente, y Prim se convirtió en jefe de gobierno. Los principales objetivos de este gobierno fueron:
o    La aprobación de leyes que desarrollaran el contenido de la Constitución: Ley de Orden Público, Ley electoral, Ley de Enjuiciamiento Criminal (que desarrolló por vez primera el jurado), Ley sobre el matrimonio civil... Esta última provocó una fuerte oposición de la Iglesia.
o    En el plano económico el ministro Laureano Figuerola realizó una profunda reforma de la Hacienda, de los aranceles y del sistema monetario. En 1869 se aprobó el arancel Figuerola que consistía en la reducción progresiva de las tarifas aduaneras en un plazo de seis años, hasta que fueran el 15% del valor de 1868. Esta medida supuso la adopción del librecambio y contó con la oposición abierta de la burguesía industrial, especialmente de la catalana. En 1868 se realiza una reforma del sistema monetario: la peseta se convierte en la nueva unidad monetaria, el Banco de España tiene la facultad exclusiva de emitir moneda, etc.
o    La búsqueda de un nuevo rey. Se intentaba buscar una persona de prestigio, de sangre real, que no fuera un Borbón, y que contara con el respaldo internacional y de las Cortes. Los candidatos fueron el portugués Fernando de Coburgo;  el duque de Montpensier; el alemán Leopoldo de Hohenzollern; y el italiano Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia Víctor Manuel. Este último fue apoyado con Prim, y el 16 de noviembre de 1869 su candidatura fue votada en las Cortes y respaldada por 191 votos favorables frente a 91 en contra.

Problemas del período:

  • Revueltas urbanas y campesinas. Se produjeron por causas diversas como las malas cosechas, la pérdida de confianza en los políticos que habían realizado la revolución, el sistema de reclutamiento militar, etc. El sistema de reclutamiento se basaba en las quintas, que consistía en un sorteo por el que de cada cinco mozos aptos para el servicio militar, uno es reclutado, existiendo la posibilidad de redimirse si se paga una determinada cantidad de dinero. Por ello, el sistema perjudicaba a las clases populares. En algunos casos, estas revueltas fueron dirigidas por los republicanos más radicales (federalistas) y algunos sectores del movimiento obrero.
  • El estallido de la insurrección de Cuba. En la isla había surgido un movimiento nacionalista fomentado por la burguesía criolla y que contaba con el respaldo de los Estados Unidos. En octubre de 1868 una Junta revolucionaria, presidida por el coronel Céspedes, inició la sublevación contra el gobierno colonial (“Grito de Yara”). La guerra (llamada “guerra larga” o de los diez años) no pudo ser detenida pese a las promesas incluidas en la Constitución de 1869 y la política moderada desarrollada por el general Dulce, enviado por el gobierno español. La guerra finalizó en 1878 y tuvo importantes repercusiones económicas y sociales en España.

c)        LA MONARQUÍA DE AMADEO DE SABOYA (1871-1873).

   Es el primer experimento de una monarquía democrática en España, que fue un completo fracaso. Las causas son diversas:
  • Carácter del rey. Era una persona tímida, con dificultades para expresarse en español, por lo tanto, no conectó con el pueblo.
  • La ausencia de Prim, su principal apoyo. Prim fue asesinado el 27 de diciembre de 1870, tres días antes de la llegada de Amadeo a España. Su asesinato condicionó la evolución política posterior.
  • La indiferencia o la oposición de la mayor parte del país:
a)       La aristocracia y los terratenientes que identificaban la monarquía democrática con la destrucción del orden social y de la propiedad privada.
b)       La burguesía industrial, contraria a la política librecambista.
   Estos grupos eran alfonsinos, es decir, partidarios de que Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II, se convirtiera en rey de España. Así, se empezó a  constituir un partido alfonsino, organizado por Cánovas del Castillo.
c)        La Iglesia. Su oposición se debía a la política desarrollada por su padre (anexión a Italia de los Estados de la Iglesia en 1870). Además, gran parte del bajo clero apoyaba al carlismo.
d)       Los carlistas. La elección de Amadeo puso fin a las esperanzas carlistas de que el pretendiente carlista (Carlos VII) se convirtiera en rey de España. En 1872 iniciaron una nueva guerra, la Tercera Guerra Carlista.
e)        Los republicanos que, aunque divididos internamente (unitarios, federalistas), protagonizaron diversas intentonas para acabar con la Monarquía de Amadeo I.
   Problemas:
  • Inestabilidad política. Durante este período, se suceden seis gobiernos y se realizaron tres procesos electorales.
  • División del progresismo en dos grupos:  los constitucionalistas, dirigidos por Sagasta y partidarios de una política conservadora.; y los radicales, liderados por Ruiz Zorrilla, partidarios de desarrollar hasta sus últimas consecuencias el sistema democrático.
  • Agravamiento de la guerra de Cuba a partir de1872.
  • La Tercera Guerra carlista.
  • El auge del movimiento obrero que se produjo tras los sucesos de la Comuna de París (1871). Estos hechos provocaron temor entre las clases medias y altas, y se intentó la prohibición de la A.I.T. y de las organizaciones obreras.

   El 11 de febrero de 1873 Amadeo de Saboya presentó su abdicación a las Cortes, que fue aceptada. La razón fue la presión ejercida por Ruiz Zorrilla, jefe de gobierno, para que firmase un decreto de disolución del Cuerpo de Artillería. El rey se vio obligado a firmarlo, pero inmediatamente presentó su abdicación.

d)       LA PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874).

        El mismo de día de la abdicación de Amadeo de Saboya se proclamó la Primera República española. Su instauración fue fruto del compromiso entre monárquicos radicales y republicanos para cubrir el vacío de poder que se había producido tras la renuncia de Amadeo de Saboya. Fue un régimen que contó con escaso apoyo social porque el proletariado se sentía más atraído por el mensaje anarquista. Además, tuvo importantes enemigos como la burguesía industrial y financiera, el Ejército y la Iglesia.

v  La República federal (1873).
    Los dirigentes políticos más relevantes que desempeñaron la presidencia del gobierno sucesivamente fueron: Figueras, Pi y Margall (intelectual y teórico del federalismo), Salmerón (catedrático de Filosofía, dimitió por motivos morales al negarse a firmar las penas de muerte para dos cantonalistas propuestas por las autoridades militares) y Castelar (catedrático de Historia de España, que representaba la corriente más conservadora del republicanismo). Las medidas adoptadas por los gobiernos republicanos durante 1873 fueron de carácter social, popular y democratizador:
  • Supresión del impuesto de consumos, medida desastrosa para la Hacienda estatal, porque ese impuesto era una de las principales fuentes de ingresos.
  • Eliminación de las quintas y creación de un nuevo ejército formado exclusivamente por voluntarios a sueldo. Esta medida fue de corta duración, porque supuso un debilitamiento del Ejército en un contexto bélico.
  • Se reduce la edad para ejercer el derecho a voto a los 21 años.
  • Separación de Iglesia y Estado, la República dejó de subvencionar económicamente a la Iglesia católica.
  • Regulación del trabajo infantil, prohibiendo trabajar a los menores de diez años en minas y fábricas.
  • Abolición de la esclavitud en la colonia española de Puerto Rico.
  • Elaboración de un proyecto constitucional para convertir España en una República federal. Esta Constitución de 1873 no llegó a entrar en vigor. El texto constitucional establecía una República federal compuesta de 17 Estados y varios territorios de ultramar, cada uno de los cuales podía tener su propia Constitución. El poder legislativo era ejercido por dos Cámaras de elección popular, el Congreso (con plenos poderes legislativos) y el Senado (formada por cuatro representantes de cada Estado). La Constitución, influida por la estadounidense, daba amplios poderes al Presidente, que ejercía el llamado poder de relación entre los otros poderes y entre los Estados federados. La Constitución incluía una declaración de derechos similar a la de 1869.

Los principales problemas del período fueron los siguientes:

  • La Tercera Guerra Carlista. El conflicto se había iniciado unos meses antes de proclamarse la I República. El pretendiente carlista era Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro. El carlismo encontró importantes apoyos en las zonas rurales vasconavarras, en Aragón, Cataluña, Castilla y en la región levantina. Obtuvieron algunos éxitos militares, y Carlos VII constituyó un gobierno formal con capital en Estella (Navarra). Fueron derrotados en 1876, poniendo fin al último intento de tomar el poder a través de las armas.
  • Las sublevaciones cantonales. El cantonalismo era un movimiento político que pretendía dividir las diversas zonas de España en Estados soberanos (cantones). Sus influencias políticas procedían del republicanismo más radical y del movimiento obrero. La sublevación cantonal estalló en julio de 1873 cuando Cartagena se constituyó en cantón y declaró la guerra al gobierno central. Posteriormente, el movimiento cantonalista se extendió por numerosos pueblos y ciudades de Valencia, Andalucía, Castilla y Murcia. El movimiento cantonalista acabó por la intervención militar.
  • Las conspiraciones militares alfonsinas. Isabel II había cedido los derechos al trono de España a su hijo Alfonso. Ambos vivían exiliados en el extranjero. El Ejército deseaba la restauración borbónica mediante un pronunciamiento militar, intentándolo sin éxito en dos ocasiones tras la proclamación de la República.
  • Continuación de la guerra de Cuba.

v  La República autoritaria (1874).
  
     La primera fase de la República finalizó el 3 de enero de 1874 cuando el general  Pavía entra en el Congreso y lo disuelve. Tras este pronunciamiento, el general Serrano presidió el gobierno con plenos poderes, suspendió la Constitución de 1869 y disolvió las Cortes. Esto significaba de hecho el fin de la I República, aunque nominalmente se mantuviera durante ese año. Durante este período se puso en práctica una política autoritaria, que tenía tres objetivos: acabar con los últimos focos de resistencia cantonalista;  hacer frente a los carlistas en el norte; y lograr el control del país. Además, los alfonsinos, dirigidos por Cánovas del Castillo, ganan adeptos entre la burguesía y las clases medias.
   El 1 de diciembre de 1874 Alfonso XII firmaba el Manifiesto de Sandhurst, en el que el futuro rey garantizaba una monarquía dialogante, constitucional y democrática, y el compromiso de respetar parte de los progresos políticos del Sexenio. Con este manifiesto, Canovas preparaba la vuelta de la Monarquía de manera pacífica y sin intervención militar. Sin embargo, el 29 de diciembre el general Martínez Campos, a través de un pronunciamiento en Sagunto,  proclamó a Alfonso XII rey de España.

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